Aquí te explicamos qué pasa en Turquía y las razones por las que Pikachu participó de unas protestas.
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Pikachu en las protestas de Turquía
El jueves 27 de marzo de 2025 circularon imágenes inusuales desde Turquía: entre un despliegue policial, un manifestante disfrazado de Pikachu corría entre la multitud durante una protesta.
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Detrás de esta imagen llamativa se esconde una crisis política de gran magnitud, que estalló tras la detención del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu.
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Inicio de las protestas en Turquía
Las manifestaciones comenzaron el 19 de marzo, día en que Imamoglu fue detenido. Desde entonces, se extendió a más de 55 de las 81 provincias del país.
Las autoridades lo acusan de corrupción, manipulación de licitaciones y colaboración con el terrorismo.
Por su parte, Imamoglu y la oposición denuncian que el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan utiliza la justicia para eliminar a un potencial rival electoral.
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Contexto de la detención del político opositor
La detención del Alcalde —considerado el principal contendiente de Erdogan para las presidenciales de 2028— ocurrió después de que firmara un acuerdo político con una organización prokurda y ganara notoriedad en las encuestas. Desde su elección en 2019, Imamoglu ha enfrentado más de 100 investigaciones judiciales.
Las repercusiones económicas no tardaron: la Bolsa de Estambul se desplomó y la lira turca se depreció.
El Banco Central respondió con la venta de alrededor de 20 000 millones de dólares en divisas para contener la crisis.
Mientras tanto, el canciller alemán saliente Olaf Scholz expresó preocupación por los hechos, aunque la mayoría de gobiernos europeos y Estados Unidos optaron por calificar la situación como un asunto interno de Turquía.
En una carta publicada en The New York Times, Imamoglu acusó a Erdogan de convertir el país en una “república del miedo”, y advirtió que “nadie está a salvo” y que las libertades pueden desaparecer “en un instante”.
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La represión, las detenciones y la respuesta popular
En solo nueve días, las autoridades detuvieron a cerca de 1 900 personas en el marco de las protestas, entre ellas estudiantes, periodistas y abogados.
El ministro del Interior, Ali Yerlikaya, confirmó también que al menos 150 agentes antidisturbios resultaron heridos.
Entre los detenidos más recientes está Mehmet Pehlivan, abogado del alcalde, acusado de presunto lavado de dinero. Imamoglu denunció el hecho como un intento más de “amedrentar y silenciar a la oposición”.
Las universidades se han convertido en el corazón de la resistencia. En la Universidad Técnica de Oriente Medio (METU), en Ankara, la Policía intervino esta semana, desmontó campamentos y detuvo a nueve estudiantes.
También en Estambul, tres abogados y un centenar de personas fueron arrestadas durante protestas estudiantiles en el barrio de Şişli.
En esa ciudad, la Policía detuvo en sus domicilios a las periodistas Nisa Sude Demirel y Elif Bayburt, quienes cubrían las manifestaciones.
Los medios críticos también han sido blanco de las sanciones. Cuatro canales de televisión recibieron castigos, incluida Sözcü TV, que fue suspendida por supuesta “incitación al odio”.
Además, el periodista de la BBC Mark Lowen fue expulsado del país por considerarse una “amenaza para el orden público”.
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La protesta crece: sindicatos y estudiantes llaman a resistir
La Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía (DISK) convocó este viernes a una protesta nacional en los lugares de trabajo. Arzu Cerkezoglu, su presidenta, llamó a todos los sectores laborales —sindicalizados o no— a sumarse en fábricas, oficinas, hospitales y obras de construcción para defender la democracia.
Mientras tanto, los estudiantes prometen continuar las protestas. La Universidad Técnica de Oriente Medio emitió un comunicado en el que denunciaron el uso excesivo de la fuerza y llamaron a “salir a las plazas” en todo el país.
Este sábado, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), principal fuerza opositora, ha convocado a una manifestación masiva en la plaza Maltepe de Estambul. El objetivo: exigir la liberación de Imamoglu y rechazar lo que la oposición ha calificado como un “golpe” contra la democracia en Turquía.
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Esperanza