Un nuevo caso de espionaje telefónico remeció ayer a Perú en medio de una campaña considerada clave para las elecciones presidenciales del 2011, y recordó un gran escándalo por escuchas ilegales que causó la caída del gobierno de ex presidente Alberto Fujimori.
Varios medios difundieron conversaciones de la candidata Lourdes Flores, una de las favoritas para ganar el 3 de octubre la Alcaldía de Lima, en las que expresa fuerte indignación por el posible resultado adverso de una encuesta y amenaza con renunciar. Flores, una política conservadora quien ha sido dos veces candidata presidencial, acusó del espionaje de una conversación privada a “la mafia montesinista”, en alusión al ex asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos, de gran influencia durante el gobierno de Fujimori entre 1990 y el 2000. Montesinos, ahora preso en una base naval, montó una red de espionaje que grababa en secreto miles de videos y audios con conversaciones de políticos, empresarios, jueces, funcionarios, periodistas y hasta artistas.
“Métanse la Alcaldía al poto, ¡a mí qué me importa!, ¡a mí qué me importa la Alcaldía!”, dijo Flores en la conversación privada difundida por la televisión e Internet. Flores lideró por varios meses las encuestas de intención de voto, pero en las últimas semanas la candidata Susana Villarán, del partido de izquierda Fuerza Social, surgió en los sondeos. Reuters