Una persona muerta y siete más heridas dejó la explosión de una granada en un céntrico barrio de Bogotá cercano a la Casa de Nariño, el palacio presidencial de Colombia, informó este miércoles 19 de febrero de 2025 la Policía de ese país.
Capital de Colombia sufrió explosión
La detonación ocurrió el martes por la noche en una calle del barrio San Bernardo y las autoridades tratan de determinar si fue producto de un ataque o si alguien encontró el artefacto y lo activó accidentalmente.
“La explosión causa lesiones a habitantes en condición de calle, ocho personas en total, que son trasladadas al hospital Santa Clara donde uno de ellos fallece producto de las lesiones”, dijo a periodistas el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, coronel William Lara Avendaño.
El oficial señaló que lo ocurrido fue la activación de “un artefacto explosivo” que peritos de la Policía están tratando de determinar si se trató de un objeto “improvisado o industrial”.
Apoyo a la Policía
“Estamos apoyando a la Policía de Bogotá para dar con los responsables de activar, sobre las 10 de noche, un artefacto explosivo en el barrio San Bernardo. Ocho personas resultaron heridas y fueron trasladadas al Hospital Santa Clara, donde una, lamentablemente, falleció”, manifestó por su parte el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán.
Tras la explosión, el Ejército envió soldados al barrio afectado para reforzar la seguridad dada la proximidad con la sede del Gobierno y otros edificios públicos.
La política de seguridad de Petro
Desde su llegada a la Presidencia en agosto de 2022, Gustavo Petro ha promovido una política de seguridad basada en la “Paz Total”, un enfoque que busca negociar con grupos armados y reducir la violencia a través del diálogo. Sin embargo, su estrategia ha sido objeto de críticas debido al aumento de la criminalidad y la falta de resultados concretos en algunas regiones del país.
Uno de los pilares de la política de Petro ha sido la negociación con organizaciones como el ELN y disidencias de las FARC. Su gobierno ha logrado avances en algunos diálogos, pero los acuerdos parciales no han frenado los ataques contra la población y las fuerzas de seguridad. En departamentos como Cauca, Nariño y Arauca, la violencia ha escalado, poniendo en duda la efectividad de las treguas acordadas.
Además, la estrategia de Petro ha generado tensiones con la cúpula militar y sectores políticos. La reducción de operaciones ofensivas y la apuesta por el cese al fuego han sido interpretadas como señales de debilidad, mientras que el incremento del crimen urbano y las extorsiones han afectado la percepción de seguridad en ciudades como Bogotá y Medellín.
A pesar de las dificultades, el gobierno insiste en que la “Paz Total” es un proceso a largo plazo. Petro ha defendido su postura alegando que el modelo represivo ha fracasado y que la solución radica en el diálogo. Sin embargo, el país enfrenta el reto de garantizar seguridad mientras avanza en las negociaciones con actores armados que, hasta ahora, siguen imponiendo su ley en varias regiones.