La quiebra, comunicada en la madrugada del lunes, ha afectado a miles de pasajeros, 110 000 en el extranjero y unos 300 000 que tenían previsto viajar en los próximos días. Foto: EFE
El Reino Unido inicia el lunes, 2 de octubre del 2017, la mayor repatriación de pasajeros en tiempos de paz al declararse en quiebra la aerolínea Monarch, que ha dejado varados a 110 000 pasajeros y que pone de manifiesto los problemas de este tipo de empresas.
La Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido (CAA, por sus siglas en inglés) comunicó hoy la bancarrota de Monarch, fundada en 1968, tras no llegarse a un acuerdo para renovarle la licencia, con la que la aerolínea esperaba vender paquetes turísticos.
La quiebra, comunicada en la madrugada del lunes, ha afectado a miles de pasajeros, 110 000 en el extranjero y unos 300 000 que tenían previsto viajar en los próximos días.
La difícil situación financiera de Monarch, con numerosos destinos a España, refleja los problemas de estas compañías con costes ajustados, como los que ha sufrido Ryanair, que ha cancelado numerosos vuelos en los próximos meses debido a un fallo en la distribución de las vacaciones de los pilotos.
Monarch, que empleaba a 2 100 personas, es la quinta aerolínea británica y la más importante del país que se declara en bancarrota, después de que factores externos, como la situación de inseguridad en Túnez, Turquía y Egipto, le dejasen en una situación imposible.
La CAA ha admitido que este es un caso “sin precedentes” y ha señalado que los pasajeros que están en el extranjero volverán al país sin que esto les suponga un coste adicional.
El consejero delegado de la CAA, Andrew Haines, ha precisado que el “alcance” de la operación de repatriación provocará “inevitablemente” una alteración en el viaje de los pasajeros.
“Pedimos a los clientes que tengan paciencia mientras trabajamos a contrarreloj para traerlos a todos a casa“, añadió, para aclarar que conocerán los detalles de su nuevo vuelo con unas 48 horas de anticipación.}
De las rutas entre el Reino Unido y España, las afectadas son Madrid, Barcelona, Almería, Málaga, Alicante, Valencia, Mallorca, Menorca, Ibiza, Lanzarote, Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura, mientras que las otras corresponden a Portugal, Italia, Grecia, Francia, Chipre, Croacia, Israel, Turquía, Suecia, Austria, Alemania, Suiza y la colonia británica de Gibraltar.
La CAA, que se hace cargo de atender la situación de Monarch, no ha facilitado de momento cifras concretas sobre los pasajeros afectados en cada país, pero se espera que los clientes sean repatriados en vuelos de otras compañías y en aparatos que serán fletados especialmente desde el Reino Unido.
Un portavoz de la primera ministra británica, Theresa May, admitió hoy que se trata de una situación “angustiosa” para los clientes y prometió que el Gobierno hará todo lo necesario para asegurar que todos vuelven “rápido y de manera segura”.
El ministro de Transporte, Chris Grayling, dijo hoy que ha dispuesto “la mayor repatriación en tiempos de paz” y reconoció que es “una situación muy angustiosa para los turistas británicos que están en el extranjero”. “Mi prioridad es ayudarles”, remarcó.
El sindicato Unite, que representa a técnicos y personal de cabina que trabajaban para Monarch, indicó hoy que la continua incertidumbre en torno a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) –brexit-, ha puesto a esa compañía en una situación difícil para conseguir la inversión que necesitaba para poder efectuar una reestructuración y evitar su colapso.
En tanto, el secretario general del sindicato británico de pilotos Balpa, Brian Strutton, expresó su solidaridad con el personal afectado y reconoció que es una “situación extremadamente difícil” para todos, pero especialmente para el personal de Monarch que ha trabajado durante años y se ha quedado sin empleo.
La aerolínea transportó en el 2016 a 6,3 millones de pasajeros a cuarenta destinos desde los aeropuertos de Gatwick y Luton, en Londres, y desde los ingleses de Birmingham, Leeds y Manchester.
La compañía tenía plazo hasta el 30 de septiembre antes de que expirase la llamada Atol (Licencia de Organización de Viajes Aéreos), aunque había conseguido extender la fecha límite a la medianoche del 1 de octubre, sin conseguir un acuerdo.