Un tribunal paraguayo aplicó la máxima pena al dirigente campesino Rubén Villalba y además sentenció a 20 y 18 años a otros tres campesinos identificados como sus principales cómplices. Foto: EFE
Un tribunal paraguayo condenó este lunes 11 de julio a 35 años de cárcel al cabecilla de una matanza de 17 policías y campesinos ocurrida el 15 de junio del 2012 que precipitó la caída del expresidente izquierdista Fernando Lugo en un juicio político, informaron fuentes judiciales.
El tribunal aplicó la máxima pena al dirigente campesino Rubén Villalba y además sentenció a 20 y 18 años a otros tres campesinos identificados como sus principales cómplices.
Los cuatro fueron hallados culpables de homicidio doloso, invasión de inmueble y otros crímenes ocurridos en Curuguaty, 250 km al noreste de Asunción, en un violento enfrentamiento con las fuerzas del orden durante el desalojo de campesinos que ocupaban una finca.
En el suceso murieron seis policías y 11 campesinos. Otros siete acusados recibieron penas de seis y cuatro años, entre ellos tres mujeres que purgarán la pena en sus domicilios.
Centenares de partidarios del expresidente Lugo se concentraron en la plaza aledaña al Palacio de Justicia para protestar contra las sentencias.
Parte de unas 60 personas a las que se permitió ingresar a la sala de sentencias gritaron consignas antigubernamentales y pidieron a coro “libertad” para los condenados.
Varios de ellos, exaltados, protagonizaron incidentes que interrumpieron pasajes de la lectura de las condenas, transmitidas en vivo por la televisión.
Tras la tragedia, la cámara de Senadores (constituida como jurado) destituyó el 22 de junio de 2012 al entonces presidente Fernando Lugo por 39 votos a favor y cuatro en contra.
La cámara de Diputados se había constituido en tribunal.
El exjefe de Estado, un exobispo de la Iglesia Católica que era cercano a los presidentes del ala “bolivariana” de Sudamérica, fue declarado culpable por “mal desempeño”.
Actualmente senador por el partido izquierdista Frente Guasú (Frente Amplio), segunda minoría, Lugo estuvo tres años y 10 meses en el poder.
Lo sucedió su vicepresidente Federico Franco, quien completó el período presidencial al que le faltaba 14 meses (de cinco años en total), el 15 de agosto de 2013.
Franco no fue reconocido por los presidentes de Mercosur, bloque que Paraguay integra, ni por la mayoría de los países de la Unasur además de Nicaragua y Cuba.
Paraguay tampoco fue admitido en los foros Celac y Cumbre Iberoamericana hasta la asunción del actual presidente Horacio Cartes en 2013.