El papa Francisco durante su visita a Paraguay. Foto: AFP
Con la reciente gira por Ecuador, Bolivia y Paraguay de Francisco, el carismático Papa que conmueve a multitudes con su mensaje de justicia social, la Iglesia católica busca recuperar su influencia en América Latina, la región que concentra más fieles, pero que también constata su desencanto.
Francisco, el papa argentino de 78 años, el único líder de la Iglesia nacido fuera de Europa en 1 200 años, concluyó este lunes (13 de julio) su primer viaje apostólico a Latinoamérica, hogar de 425 millones de católicos (40% del total mundial) .
En Ecuador, Bolivia y Paraguay, países que comparten desigualdades sociales, historias de sometimiento indígena y fuertes conflictos ambientales, el papa sedujo con su sencillez y cercanía a millones de feligreses, que soportaron vigilias a la intemperie para escucharlo y se mostraron jubilosos sólo de verlo.
La grey, sin embargo, se ha reducido. Según un estudio del estadounidense Pew Research Center, sólo 69% de los latinoamericanos se considera católico actualmente, en contraste con el 92% que lo era en 1970. En contrapartida, los protestantes pasaron de ser el 4% de la población al 19%.
“En el Papa no existe ese temor de decir: ‘Voy porque se me están yendo mis ovejitas’. Creo que sí es necesario que aliente a esas comunidades que están vivas”, dijo monseñor Juan Espinoza, secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) , con sede en Bogotá.
Para este obispo auxiliar mexicano, ante el avance de las nuevas iglesias y del movimiento pentecostal la respuesta es la formación de los fieles.
“Vivimos en un mundo atropellado, donde la cultura del descarte que se impone nos lleva al menor esfuerzo y a la mayor satisfacción. Pero el Evangelio nos exige renuncia a muchas cosas y no todos estamos dispuestos a eso”, señaló al destacar la necesidad de “una verdadera evangelización que impregne la vida de las personas y no se quede en el ritualismo”. “Creo que este es un gran reto de la Iglesia”, dijo.
Pérdida de ‘market share’
El politólogo Daniel H. Levine, profesor emérito de la Universidad de Michigan y autor de libros sobre catolicismo en Latinoamérica, advirtió sobre la “pérdida de ‘market share’ (cuota de mercado) de la Iglesia” en la región.
“Ya no tiene el papel monopólico de voz de la religión como lo tuvo durante 400 años”, explicó vía telefónica desde Estados Unidos.
“Es temprano para saber si esta visita contrarrestará el crecimiento de las iglesias pentecostales, pero también me parece que ese aumento es insostenible a largo plazo”, agregó.
Ante un escenario tan competitivo, el regreso del papa latinoamericano a su continente busca afirmar y extender el catolicismo con un mensaje que “sigue siendo válido”, afirmó Levine.
El 81% de los católicos que se pasó al protestantismo dijo que lo hizo buscando una conexión personal con Dios, según Pew.
Quizás por eso, Francisco, dispuesto “a avanzar y no a construir murallas defensivas”, apunta directamente a la relación divina. “Lo esencial de su mensaje es bíblico”, dijo Levine, para quien su pasaje por la región inclinará a la Iglesia hacia lo pastoral.
En ese sentido, Hernán Olano, director de Humanidades de la Universidad de la Sabana en Colombia y experto en derecho canónico, recordó las palabras del papa al clero durante esta gira: “’Bájense de la casta de privilegiados y hablen para el común. Jesús no doctoreaba’, les dijo”.
“América sigue siendo un territorio de evangelización para la Iglesia. La jerarquía católica sabe que la fe está presente, pero no se puede dejar entibiar. La llama siempre tiene que estar viva”, aseguró Olano.
¿Papa ‘rojo’?
Latinoamérica es fundamental para el futuro de la Iglesia, indicaron analistas. Por eso, Francisco, “el rostro de la bondad, la misericordia y la ternura”, según monseñor Espinoza, es clave para renovar la esperanza.
Ovacionado y aplaudido como un artista a emular, el papa aprovechó sus misas y discursos estos días para reforzar la imagen de cambio de la Iglesia que representa como sumo pontífice en términos de apertura y transparencia, pero también para mostrar la cara más revolucionaria del Evangelio con relación a los marginados.
“Tiene un discurso progresista en términos de ecología social e inclusión, pero no lo veo ‘rojo'”, opinó Levine en alusión a los tintes marxistas que denuncian en Francisco sectores conservadores de la Iglesia.
Para Olano, “hay muchos temas de la doctrina de la Iglesia que desde el Concilio Vaticano II, que es de donde se desprende la Teología de la Liberación (una corriente de opción por los pobres nacida en los años 1970 en Latinoamérica) , no se han tocado y este papa los toca porque conoce la realidad del pueblo”.
”Lo que le pasa a este continente no le es ajeno. Más que Papa, es el párroco cercano”, agregó.