El papa Benedicto XVI terminó ayer lo que su portavoz calificó como una “maravillosa” visita a Reino Unido, durante la que denunció como “inefable crimen” los abusos a menores en instituciones de la Iglesia y advirtió contra una “secularización agresiva”.
En el cuarto y último día de su viaje, el Papa ofreció una masiva misa en la localidad de Birmingham, en la cual beatificó al más célebre católico británico converso, el cardenal John Henry Newman. Newman (1801-1890) abandonó la Iglesia Anglicana y se convirtió al catolicismo en 1845. Se trata del primer proceso de beatificación que Benedicto XVI lleva a cabo personalmente, prueba de su aprecio por Newman. El acto, celebrado ante decenas de miles de personas, tuvo una especial significación por producirse en medio de un debate en la Iglesia Anglicana sobre la apertura del obispado a las mujeres y sobre sacerdotes homosexuales. La polémica provocó una serie de conversiones al catolicismo, que el Vaticano alentó abiertamente. El viaje tuvo, sin embargo, diversos signos de reconciliación entre ambas iglesias. DPA