La primera novela de la escritora guayaquileña María Fernanda Pasaguay, ‘Ondisplay 2.0’, al tratar un romance nacido en la web, narra emociones e innova con las formas, pues coloca al lector dentro de una red social.
La estructura narrativa mantiene drama y tensión, se desarrolla a la par de una relación homoerótica. El amor trágico entre dos adolescentes: (Gus)Tavo Rodríguez, quiteño de 16 años y Luciano Bastidas, guayaquileño de 15.
En ella, la autora se atreve con la temática, los personajes, el lenguaje. Así como lo hicieran Reinaldo Arenas o Pedro Lemebel, pero sin la estética de los gays y el color de las noches, de sus relatos. Por su parte, Pasaguay dispara con la estética emo y con el color de la tecnología.
La historia se reconstruye una década después del primer encuentro de los protagonistas (por demás una cita virtual). Las evocaciones de goces y padecimientos, de obsesiones y traiciones arman el diario de Tavo, ya un adulto encerrado en una vida que no desea.
Los protagonistas provocan desde su ingenuidad e inocencia. Están construidos desde la contraposición de extremos y los quiebres del humor adolescente. Pero se erigen en un contexto ya explotado y proclive al melodrama: la diferente posición social de sus familias.
Sin embargo, mediante las relaciones de sus personajes, la narración comprende los elementos constitutivos de los emos como tribu urbana y las actuales posibilidades de comunicación y ‘contacto’.
Asimismo, los encuentros sexuales de la pareja se describen de forma explicita, tanto para provocar como para referirse a los rituales del amante y del amado.
En conclusión, ‘Ondisplay 2.0’, más allá de presencia de la virtualidad, plantea la variabilidad entre los comportamientos del ser humano en el espacio privado y el público. También muestra un diálogo entre la las tradiciones y los valores que pretenden regular una sociedad y las corrientes contemporáneas, que buscan penetrarla y hacerse en ella. FP