La masacre de 72 inmigrantes en el noreste de México, seguida de cinco ataques con explosivos y el asesinato de un alcalde, revela el poderío de los carteles de la droga y su capacidad para desestabilizar. Todo esto obligará al Gobierno a replantear su estrategia de seguridad dijeron ayer expertos.
La tarde del domingo fue asesinado Marco Antonio Leal García, alcalde de Hidalgo. El hecho se registró en el estado de Tamaulipas, donde también se suscitó la masacre de los inmigrantes; entre ellos estaban ecuatorianos.
El Alcalde fue atacado a balazos cuando abandonaba su rancho en un automóvil junto a su hija de cuatro años, quien resultó herida en su pierna derecha.
Este territorio es dominio del grupo de narcotráfico Los Zetas, quien acribilló a los inmigrantes de Centro y Sudamérica. El crimen se produjo pese al gran despliegue de policías y militares en la zona. A pocas horas (22:00) de la muerte de Leal, un grupo armado se enfrentó con un escuadrón de uniformados en el estado de Veracruz Panuco (este).
Unas 12 personas, a bordo de varias camionetas, ingresaron al municipio provenientes de Tampico, Tamaulipas, cuando elementos de la 19 zona militar les pararon para una revisión de rutina. Sin embargo, en respuesta abrieron fuego contra los efectivos del Ejército.
Durante el enfrentamiento, que duró 15 horas, los disparos alcanzaron varios transformadores de energía eléctrica, lo que provocó que la cabecera municipal se quedara sin luz.
El grupo delincuencial se refugió en una casa del barrio Alto de Líneas desde donde siguieron con el enfrentamiento.
Salvador Mikel Rivera, procurador general de Justicia del estado de Veracruz, informó que el enfrentamiento dejó ocho muertos: seis del grupo agresor, un militar y un civil, así como cinco heridos y seis detenidos.
Ante esta crecida de la violencia el propio presidente mexicano, Felipe Calderón, señaló que la seguridad en ese país está fallando y que es hora de replantearse. “Veo difícil que la violencia en el corto plazo se reduzca. Probablemente tienda a incrementarse, porque esa violencia está asociada a una grave confrontación entre bandas criminales”, dijo el Mandatario.
José Reveles, autor de varios libros sobre los carteles en México, coincide con eso. “Los Zetas (que empezaron contratados por el cartel del Golfo) ganaron fuerza y dijeron ‘ya no vamos a ser sicarios, vamos a ser los dueños del negocio’. Controlan otras actividades delictivas no porque necesiten dinero o estén debilitados, lo hacen por ‘control de plaza’”.
La batalla por el dominio de las rutas entre Los Zetas y el cartel del Golfo se ha concentrado este año en el estado de Tamaulipas y en su vecino Nuevo León, ambos fronterizos con Estados Unidos.
El fin de semana también se registraron cinco explosiones en los alrededores del estado de Tamaulipas. Estas no dejaron víctimas que lamentar.
Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional detuvieron a Juan Francisco Zapata Gallegos, presunto líder de Los Zetas en Nuevo León (Monterrey).
Una dura crítica a EE.UU.
Ayer, el diario The New York Times, el más influyente de EE.UU., hizo una crítica al Gobierno estadounidense con relación a la masacre ocurrida en México.
“Hemos delegado a los señores de las drogas el trabajo de manejar nuestro suministro migratorio, justo como ya manejan nuestro suministro de narcóticos. Los resultados son claros. La tentación puede ser escribir esta atrocidad como otro feo pie de nota en la viciosa guerra contra las drogas en México. Los carteles mexicanos son alimentados desde fuera, por el dinero estadounidense, las armas pesadas y la adicción, el imán hacia el norte de los inmigrantes es alimentado por nuestra demanda de mano de obra barata”.
El diario hizo notar en ese sentido que la respuesta de Estados Unidos a las agonías de México ha sido una fijación acentuada en la militarización de la frontera, como la asignación de USD 600 millones promulgada por el presidente Barack Obama.
Pero “la aplicación de la ley sin la reforma de la migración legal crea solo la ilusión de control. Sin un sistema ligado a la demanda de trabajo, proliferan la ilegalidad y el desorden”, finalizó.
Ayer también EE.UU. confirmó el envió de 524 militares para reforzar la vigilancia a lo largo de la frontera con México.
Zapata, luego de la detención, confesó haber sido el autor de la muerte y tortura de varios policías y del atentado de marzo, en Monterrey, donde hubo un muerto.
Esto se da en pleno debate sobre la reforma de la Policía, propuesta por Calderón. Ayer la Policía Federal también empezó a realizar una limpieza entre sus filas, como parte del proyecto de reestructurar a la institución en ese país.
Tras someter a sus 34 500 agentes a diversas pruebas de ‘confianza’ ha descubierto que 3 200 de sus policías tenían algo que ocultar y fueron dados de baja.
La cifra supone el 10% de la plantilla y está enmarcada en el “proceso de depuración”.
La corrupción en la Policía ha sido reconocida por el propio Presidente mexicano, quien además ha dicho que la cifra de uniformados separados se elevará.
Capturado el ‘capo’ É. Valdez
México capturó ayer al ‘capo’ Édgar ‘La Barbie’ Valdez, en uno de los mayores éxitos de la campaña del presidente Felipe Calderón contra los poderosos carteles de la droga. Valdez, de 40 años aproximadamente y considerado uno de los jefes del narcotráfico más violentos del país, fue detenido en el Estado de México -vecino de la capital- en un operativo de la Policía Federal, dijo la Secretaría de Seguridad Pública.
El detenido mantenía, según el Gobierno, una cruenta lucha en los estados de Morelos (centro) y Guerrero (sur) de México por el control del cartel de los hermanos Beltrán Leyva, cuyo máximo líder -Arturo Beltrán- murió en diciembre en un operativo militar en Cuernavaca, a 150 km de Ciudad de México.
En los últimos meses las autoridades lo responsabilizaron de decenas de ejecuciones de aparentes enemigos ocurridas en ciudades como Cuernavaca y el puerto turístico de Acapulco.
Muchos de estos cuerpos aparecieron maniatados, decapitados o con graves mutilaciones y a veces eran colgados de puentes vehiculares, aparentemente para atemorizar a sus rivales. AFP