El gobierno mexicano identifica a ocho grandes carteles de la droga que operan en ese territorio. Cada uno de ellos ha impreso su huella de sangre en el país. Su vigencia se justifica porque desde sus inicios se asociaron a células de colaboradores: personas que están en el poder, militares, policías, grupos económicos. Están en todas las escalas y en todo momento se encuentran protegidos por grupos de criminales profesionales.
De acuerdo con un informe de la Procuraduría General de la República mexicana, las bandas de narcotraficantes más poderosas son el cartel de Tijuana de los hermanos Arellano Félix, el cartel de Colima de los hermanos Amezcua Contreras; el cartel de Juárez, herencia de Amado Carrillo Fuentes.
Además del cartel de Sinaloa, de Joaquín El Chapo Guzmán y Héctor Luis Palma Salazar, El Guero Palma; el grupo de Osiel Cárdenas denominado cartel del Golfo y por último el de Pedro Díaz Parada “El Cacique Oaxaqueño” y el “cartel del Milenio” de los Valencia. La Policía también ha incluido en esta lista a Los Zetas, especialistas en matar.
La Procuraduría señaló al cartel de Tijuana como uno de los más violentos y al de Juárez como el más grande. Opera en 27 estados.
Enfrentar a estas bandas es una tarea más que complicada, señala un informe de inteligencia contratado por el Gobierno de ese país. Eso porque históricamente, los carteles han logrado comprar a cabezas de la institución y continuar con su labor. También por el número de personal que integra estos movimientos y por el poderío bélico que poseen.
Aún así, uno de los golpes más grandes que ha dado el Ejército contra los carteles es el denominado “Plan Azteca”, en el 2005. En aquella ocasión se evitó la distribución de 1 428 millones 124 000 dosis de marihuana, 17 millones 728 000 dosis de cocaína, 193 millones 922 000 dosis de heroína y 6 millones 996 000 dosis de pastillas tóxicas.
“Esta situación hubiera generado, de haber salido la droga al mercado de consumo, la intoxicación de más de 1 647 771 000 personas, muchas de ellas con daños irreversibles para la salud y para la vida”, estableció la Secretaría de la Defensa Nacional. El Ejército destruye 186 873 plantaciones de marihuana en el año (127 756 hectáreas).
Con el mismo plan, en el 2006 el Ejército dañó 957 pistas de aterrizaje que eran usadas para el tráfico de estupefacientes por los distintos carteles. Además, 2 137 campamentos y 10 775 secaderos.
El “Plan Azteca” es el instrumento operativo, rector y coordinador de las acciones que realizan las diferentes dependencias del Ejecutivo, para combatir al narcotráfico bajo un esquema integral.
Ahora el plan de Gobierno del presidente Felipe Calderón es que la Policía también colabore en estas acciones y es por eso que inició con una depuración de sus miembros.
Hace una semana separó a 3 200 uniformados que habían tenido relación con los carteles, eran corruptos, etc. El Ejército ha puesto en la mira al cartel del Golfo y de Los Zetas. Estas dos organizaciones han sido las más golpeadas.
De los 1 753 detenidos en los últimos seis años se han identificado como vinculados a una organización 653. Casi la mitad pertenecen a uno de esos dos grupos.
La Secretaría de Seguridad Pública federal ubica en el segundo sitio a La Familia Michoacana, con 560 detenidos. El cartel de Sinaloa ocupa el tercero con 325 capturados.
Los golpes en cifras
116 800 plantaciones de amapola, que se encontraban en territorio mexicano, se desmantelan en el año. Esa es la cifra que manejan las Fuerzas Armadas.
116 miembros del cartel de Juárez han sido detenidos en los últimos seis años. Esta banda es liderada por Vicente
Carrillo.
34 integrantes del cartel del Valle, de Colombia también cayeron. Este grupo es el principal abastecedor de coca
para los carteles mexicanos.