Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá anunciaron ayer sanciones contra altos funcionarios rusos y ucranianos. Es una forma de presionar a Moscú luego de que Crimea proclamara su independencia y su integración a Rusia.
Estas decisiones de países aliados no amedrentaron al presidente ruso Vladimir Putin, quien firmó el decreto con el que reconoce la independencia de la República ucraniana de Crimea, informaron agencias rusas.
En respuesta a estos hechos, Kiev lanzó una movilización parcial de sus tropas y llamó a su embajador en Rusia L as sanciones occidentales, anunciadas prácticamente en simultáneo desde Washington y Bruselas, y un poco más tarde desde Ottawa, involucran a una cantidad acotada de autoridades rusas y ucranianas, y en principio no conciernen al Presidente ruso, aunque sí a sus asesores cercanos.
L a Casa Blanca apuntó contra 11 personas: siete rusas y cuatro acusadas de colusión con Rusia en Ucrania, entre las cuales el depuesto presidente Víktor Yanukóvich y un consejero, así como dos dirigentes separatistas de Crimea, Serguei Axionov y Volodimir Konstantinov.
El primer ministro canadiense, Stephen Harper, se sumó al pronunciamiento de EE.UU. y la UE señalando que imponía sanciones contra siete autoridades rusas y cuatro ucranianas por “su responsabilidad en la crisis” en curso, entre las cuales mencionó al vicepremier Dimitri Rogozin, Axionov y el presidente del Parlamento de Crimea, Víktor Medvedchuk.
En paralelo, los ministros de Relaciones Exteriores europeos “decidieron sanciones -restricciones de visas o congelamiento de haberes- contra 21 autoridades ucranianas y rusas”, anunció el ministro lituano Linas Linkevicius.
Por su lado, Francia no descarta anular la venta de dos navíos de guerra de tipo Mistral a Rusia “si Putin continúa haciendo lo que hace” en Ucrania, según declaró el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius.
Si bien no se habían visto sanciones de este tipo en la historia ruso-estadounidense desde el derrumbe de la Unión Soviética en 1991, los europeos consideran que todavía se está a tiempo de hallar una solución política. Descartada la opción militar, los occidentales cuentan con el impacto del creciente aislamiento internacional ruso. Así conservan la posibilidad de imponer sanciones económicas y comerciales, que podrían tener consecuencias importantes dado que Estados Unidos y la Unión Europea son dos de los tres principales aliados de Moscú.
Kiev pierde autoridad
Crimea ya se volcó hacia Moscú. Según su Parlamento, las leyes ucranianas ya no se aplican y Kiev ya no tiene ninguna autoridad en el territorio.
Konstantinov precisó que las unidades militares ucranianas en Crimea “serían disueltas” y que los soldados ucranianos deberían “aliarse o irse”.
Crimea pasará el 30 de marzo al huso horario de Moscú, indicó el primer ministro prorruso, Serguei Axionov, antes de partir hacia la capital rusa.
En Kiev el Parlamento ucraniano aprobó una movilización parcial de su Ejército para afrontar la “injerencia de Rusia en los asuntos internos de Ucrania”, un día después de un referendo que el presidente interino Olexandre Turchinov tildó de “gran farsa”.
Los soldados ucranianos desplegados en Crimea “seguirán ahí”, afirmó el ministro ucraniano de Defensa Igor Teniuk.
En Moscú, por lo contrario, prácticamente todos los medios saludaron los resultados del referendo. El expresidente ruso Mijail Gorbachov también aplaudió los resultados. “Hasta ahora, Crimea había estado unida a Ucrania en virtud de las leyes soviéticas, tomadas sin preguntarle al pueblo. Ahora, el pueblo (crimeo) ha decidido rectificar ese error”.
En contexto. El senador republicano de EE.UU., John McCain, criticó ayer al presidente estadounidense Barack Obama por las sanciones impuestas a altos funcionarios rusos, que consideró de una “timidez absoluta” que no harán retractarse al mandatario ruso Vladimir Putin.