El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió hoy que las agencias de inteligencia norteamericanas dejarán de espiar a decenas de líderes de países extranjeros amigos salvo que exista para ello un motivo “imperioso” de seguridad nacional.
“En vista de la comprensible atención que este tema ha recibido, le he dejado claro a la comunidad de inteligencia que, a menos que haya un motivo de seguridad nacional imperioso, no vamos a monitorear las comunicaciones de los jefes de Estado y de gobierno de nuestros amigos más estrechos y aliados”, dijo Obama durante su discurso para anunciar cambios a los programas de espionaje tras el escándalo de las filtraciones sobre la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
“Los líderes de nuestros amigos cercanos y aliados merecen saber que si quiero saber lo que piensan sobre algún asunto, tomaré el teléfono y los llamaré en lugar de recurrir a la vigilancia”, prometió en referencia a las fuertes protestas que los mandatarios de varios países aliados elevaron en los pasados meses tras conocer que habían sido espiados.
Entre los afectados figuran la canciller alemana, Angela Merkel, y la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien incluso por este motivo aplazó sin fijar una nueva fecha la visita de Estado que tenía programada para finales de octubre en la Casa Blanca.
El anuncio de Obama, incluido en el marco de reformas a los programas de espionaje revelados hoy, tiene por objetivo apaciguar la indignación de estos mandatarios aliados Y se produce a menos de un mes de la esperada visita a Washington de otro de los presidentes que más ha protestado por las revelaciones del espionaje masivo reveladas por Edward Snowden, el francés François Hollande.
Con todo, Obama especificó que ello no implica un parón total de los programas de inteligencia hacia otros gobiernos. “Nuestras agencias de inteligencia seguirán recopilando información sobre las intenciones de los gobiernos en el mundo del mismo modo que lo hacen los servicios de inteligencia de todas las otras naciones”, puntalizó el mandatario.
“No nos vamos a disculpar sólo porque nuestros servicios puedan ser más eficientes, pero los jefes de Estado y de gobierno con los que trabajamos estrechamente y de cuya cooperación dependemos deben tener la confianza de saber que les estamos tratando como verdaderos aliados, y los cambios que he ordenado hacen eso”, aseveró.