Oscuro, sin la tradicional bandera de Estados Unidos y con una mirada firme. Así es el nuevo retrato oficial de Donald Trump, difundido recientemente por la Casa Blanca. En la imagen, el presidente aparece con su característica corbata roja y un fondo completamente negro, rompiendo con los patrones visuales tradicionales de la presidencia estadounidense.
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La fotografía fue capturada por Daniel Torok, jefe de fotografía de la Casa Blanca, y responde claramente a una intención de estilo y mensaje, de acuerdo con el portal elDiario.es.
Atrás quedó la imagen difundida en enero de este año por su equipo de transición presidencial, donde Trump aparecía más iluminado, con una corbata azul y la bandera estadounidense al fondo.
La nueva versión lo muestra serio, sin sonrisa, ni símbolos patrios visibles. Según elDiario.es, el cambio responde a una estrategia calculada del magnate para reforzar una imagen de fortaleza e independencia.
La obsesión de Trump por su imagen no es nueva. En marzo de 2025, criticó duramente un retrato colgado en un museo de Denver, describiéndolo como “verdaderamente lo peor”.
En un mensaje publicado en Truth Social, su red social, arremetió contra el gobernador de Colorado, Jared Polis, a quien culpó de aprobar la obra, aunque el encargo proviniera de un republicano. “Preferiría mucho más no tener un cuadro a tener este”, expresó indignado.
Una imagen que proyecta la actual carrera política de Trump
Para reafirmar su posición, Trump compartió en la misma red social dos imágenes alternativas que considera más favorecedoras. Este episodio refleja un patrón constante en el expresidente: el control férreo de su proyección visual, desde sus tiempos como estrella televisiva hasta su actual carrera política.
El nuevo retrato no solo marca una diferencia estética con respecto a versiones anteriores. También transmite un mensaje simbólico: autoridad, individualismo y desafío. Como señala elDiario.es, el cambio no es meramente visual, sino político.
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