Los sindicatos franceses lanzaron ayer la segunda huelga de 24 horas en un mes contra la impopular reforma al régimen de pensiones del presidente Nicolás Sarkozy, tratando de obligarlo a dar marcha atrás con sus planes de retrasar la edad de jubilación de 60 a 62 años. Al menos tres millones de personas marcharon ayer en el país.
Los paros, que comenzaron el miércoles por la noche, trastornaron la enseñanza, obligaron a las aerolíneas a cancelar el 50% de los vuelos y redujeron a la mitad los servicios ferroviarios, mientras que los periódicos no se publicaron.