Los ‘chalecos amarillos’ volvieron a manifestarse en contra de la política social y fiscal de Emmanuel Macron en Francia. Foto: AFP
El núcleo duro de los ‘chalecos amarillos‘ salió a las calles de Francia en el 28º sábado de protestas contra la política social y fiscal del presidente Emmanuel Macron, la víspera de las elecciones europeas, una importante cita con las urnas.
A primera hora de la tarde, había unos 3 200 ‘chalecos amarillos’, cuyo movimiento se prolonga desde hace más de seis meses, en toda Francia, 1 200 de los cuales en París, según cifras del ministerio de Interior.
El ministerio, cuyo recuento fue rebatido por los manifestantes, censó la semana pasada a la misma hora 2 800 manifestantes, 1 100 de los cuales en la capital.
La semana pasada, se manifestaron 15 500 ‘chalecos amarillos’ , en lo que fue la movilización más débil desde que empezaran las protestas, el 17 de noviembre, cuando se congregaron 282 000 manifestantes.
Este sábado, las marchas se produjeron en relativa calma.
En Amiens (norte), se dieron cita entre 1 200 ‘chalecos amarillos’ (según la prefectura) y 2 000 (según los organizadores) , determinados a “buscar a Macron a su casa”, pues el presidente galo es oriundo de esa ciudad.
Un hombre sostiene un cartel que dice: “Mañana, el cielo estará amarillo”, durante una manifestación convocada por el movimiento ‘Chalecos amarillos’ el 25 de mayo de 2019. Foto: AFP
En Toulouse (suroeste), unos 2 000 manifestantes salieron a las calles del centro.
“Tenemos un presidente que está sordo, así que somos conscientes de que nuestras manifestaciones no cambiarán nada a corto plazo”, declaró a la AFP en Toulouse Philippe Da Costa, un técnico que acudió a la manifestación junto a su esposa, y que ha participado en el movimiento prácticamente cada sábado desde el 17 de noviembre.
“Pero es para hacer mella en la gente, a más largo plazo, por lo que seguimos viniendo”, agregó, advirtiendo que hay una “olla a presión que bulle en la sociedad”.
En París, se organizaron dos marchas, a ratos empañadas por el lanzamiento de granadas lacrimógenas por parte de la policía.
“No tengo la intención de dejar de manifestarme. Defiendo mi pan y el de mis hijos. No podemos más”, declaró Camille, asistente sanitaria, en la treintena. Al ser preguntada, dijo que “dudaba” si votará el domingo en las elecciones europeas. “ Europa no me dice nada. ¿Qué cambiará eso?”, afirmó.
Los seis meses de crisis social de ‘chalecos amarillos’ lastraron la popularidad del presidente Macron (alrededor de 27% de ciudadanos satisfechos) . La lista de su partido para las europeas quedaba por detrás de la liderada por la ultraderechista Marine Le Pen, en los sondeos publicados antes de las elecciones del domingo en Francia metropolitana.