El Niño y La Niña crecen y perturban

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Stephen Leahy Tierramérica, IPS

El planeta vive la manifestación meteorológica más potente de La Niña en 50 años, con inundaciones sin precedentes en Australia, Brasil, Colombia y sequías en Argentina y Uruguay.

Los científicos empiezan a considerar que el cambio climático podría estar potenciando los impactos de El Niño/Oscilación del Sur (Enos), un ciclo que afecta periódicamente los patrones meteorológicos en todo el mundo.

La Niña y El Niño son, respectivamente, las fases fría y cálida del Enos, y forman parte del sistema de regulación del calor en el océano Pacífico ecuatorial. Ambos se presentan cuando los cambios oceánicos y atmosféricos son simultáneos. En condiciones que los climatólogos definen como “neutrales”, las altas presiones suelen dominar la atmósfera del Pacífico oriental, mientras las bajas predominan en el oeste.

La diferencia de presión genera los vientos alisios, que soplan de este a oeste sobre la superficie del Pacífico ecuatorial apilando las aguas cálidas en el occidente. Las aguas profundas y más frías emergen entonces en el este para reemplazar a las cálidas.

En los eventos de La Niña, esas diferencias de presión son más marcadas, los alisios soplan con más fuerza y generan una corriente fría más intensa en el Pacífico oriental.

En cambio, con El Niño la presión alta se presenta en el Pacífico occidental, y la baja cerca de las costas americanas. Los alisios se debilitan o cambian de dirección y las aguas cálidas se expanden por el este del océano. “En 2010 hubo una transición muy rápida de El Niño a La Niña”, dice el climatólogo Kevin Trenberth, del Centro de Investigaciones Atmosféricas de Colorado, EE.UU.

El Niño fue fuerte, duró un año y finalizó en mayo, y en un plazo de apenas dos meses se presentó La Niña. La Niña actual no solo puso fin a 10 años de sequía en Australia, sino que inundó 850 000 km2 en ese país, área equivalente a la de Francia y Alemania juntas. Causó inundaciones en el norte de América del Sur y generó sequía en las partes centrales y sureñas del continente. Se afectaron los rendimientos agrícolas y los precios internacionales de los alimentos alcanzaron un récord.

Desde los años 70 se registran cambios en El Niño-La Niña. Se trata de un ciclo complejo, pero las sequías, inundaciones y otras manifestaciones asociadas a él han sido más fuertes en los últimos 30 a 40 años.

Fueron los pescadores peruanos los que acuñaron el nombre de El Niño, por el niño Jesús, pues notaban los efectos del calentamiento de las aguas de esa zona del Pacífico cerca de la Navidad. Con el paso de los meses, y a veces de los años, el calor superficial del océano se disipa y aguas más frías y profundas salen a la superficie. Así se restauran las condiciones neutrales o se presenta La Niña, que trae consigo corrientes ricas en nutrientes que causan una explosión de vida marina y buenas temporadas de pesca.

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