La nieve altera el transporte europeo

Un frente de lluvia, nieve, vientos y bajas temperaturas se apoderó del oeste de EE.UU. ocasionando la apertura anticipada de centros de esquí en Colorado. Hay alertas en Oregon y California, donde una inundación forzó la evacuación de 2 000 personas de una comunidad agrícola, en el Condado de Kern.

Las lluvias que azotan California desde el viernes pasado, hicieron que en el centro de Los Ángeles se registrara un récord que no se alcanzaba desde 1921, con casi 6 cm de lluvia, según el centro de meteorología local.

Entre California y Oregon, las lluvias obligaron al cierre temporal de decenas de rutas debido a inundaciones y desborde de algunos ríos, que venían experimentando una fuerte sequía en los últimos años. En Los Ángeles, se vivió el lunes el tercer día consecutivo de lluvia y viento con temperaturas cerca de los 10 °C centígrados en la noche y un promedio de 15 °C para el día, con pronósticos de una fuerte tormenta de lluvia y viento para la tarde.

Otra consecuencia se expresa en el precio del petróleo cuyo valor aumentó, ayer, impulsado por un fuerte avance de los precios de la gasolina, en medio de las expectativas de una mayor demanda por el feriado de fin de año y el clima frío en el hemisferio norte.

En Europa, las fuertes nevadas siguen causando un grave caos en los aeropuertos alemanes, sobre todo en el de Fráncfort. La tarde de ayer ya se habían anulado 376 de los 1 340 vuelos previstos. Ayer, hubo un bloqueo total para los despegues en el aeropuerto de Bruselas y grandes dificultades en el londinense de Heathrow.

En el norte y centro de Francia y en toda Bélgica la circulación de los vehículos pesados está bloqueada y se aconseja a los automovilistas no iniciar viajes. Los trenes de la red francesa y los tramos París-Bruselas- Ámsterdam y París-Londres viajan a una velocidad máxima reducida, de 170 kilómetros por hora, con demoras de hasta 90 minutos. La peor situación es la de los aeropuertos. La Dirección de Aviación Civil de Francia anuló el 30% de vuelos. Esto obligó a numerosos turistas a “acampar” en las terminales. Criticaron la falta de información y asistencia por parte de las líneas aéreas y empresas de turismo.

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