El Gobierno y la oposición comenzaron el jueves 10 de abril el diálogo en Venezuela para tratar de encontrar salidas a la crisis política en el país en presencia de una representación de tres cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y del nuncio en Caracas.
En la reunión, transmitida por televisión, participan una veintena de líderes de ambos sectores y asisten como testigos los cancilleres de Ecuador, Ricardo Patiño; de Colombia, María Holguín; y el de Brasil, Luis Figueiredo, además del nuncio apostólico, Aldo Giordano.
“Deseo dar las gracias por la invitación a participar en este diálogo de paz”, dijo Giordano al leer una carta enviada por el papa Francisco. “La violencia nunca podrá traer paz a un país (…) En el encuentro ante las diferencias se favorecerá el bien común”, agregó.
“Cuentan con el cariño y el acompañamiento de toda nuestra América, gracias por honrarnos y permitirnos estar con ustedes. Esperamos que con estos diálogos se pueda dar una paz duradera”, expresó Patiño.
Con más de tres horas de retraso con relación al horario inicialmente previsto, el presidente, Nicolás Maduro, dio por iniciada la reunión tras saludar a los asistentes, entre ellos, varios representantes de la oposición incluyendo al excandidato presidencial Henrique Capriles.
“Una cosa es la protesta, justa o no, y otra cosa es la violencia, yo les pido que hagamos una condena conjunta. Esto es una conversación, un diálogo aquí no hay pactos, aquí estamos buscando un modelo de coexistencia pacífica”, dijo Maduro.
También, llamó a la oposición de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a buscar de forma conjunta un modelo de coexistencia al inicio de un proceso de diálogo, que, dijo, es un espacio de debate pero no de “pactos”.
“Hay que hacer un proceso que nos lleve a la paz y a altísimos niveles de respeto, coexistencia, convivencia, sobre la base de la tolerancia”, indicó Maduro al inicio de las intervenciones en el diálogo, transmitido en cadena de radio y televisión.
“Debate político, sí, con pasión; crítica entre nosotros, sí, con pasión; pero busquemos un modelo de coexistencia que permita que la democracia venezolana pueda fortalecerse y donde vivamos todos”, añadió en la reunión, en la que participan cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el nuncio en Caracas.
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Maduro indicó que el encuentro supone un “debate, un diálogo, un encuentro con posiciones claras de modelo de país, de proyecto de liderazgo”, pero subrayó: “aquí no hay negociaciones ni pactos”, en alusión a los acuerdos tradicionales entre partidos en el pasado. “Aquí lo único que estamos buscando es una voluntad común de paz, de democracia, de respeto, de reconocimiento, estamos buscando, eso sí lo planteo yo, un modelo de coexistencia pacífica”, añadió.
El presidente venezolano responsabilizó a algunos sectores de la oposición de buscar derrocar del Gobierno creyendo que “el momento de la desarticulación y el colapso de la revolución bolivariana” tras la muerte de Hugo Chávez (1999-2013).
“Espero que este primer paso ayude, no se impongan los discursos, no se impongan las posiciones que traten de llevarnos a los extremos”, dijo, al reclamar que “se imponga la sensatez”. “El primer llamado es a conocernos, a reconocernos a respetarnos, a respetarnos más allá de lo formal”, indicó. “Es muy importante buscar el camino del reconocimiento y no el camino de los ataques”, insistió.
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Maduro reconoció que hay problemas en el país y aseguró que está “abierto a debatir de todos los problemas”. El mandatario rechazó el “sufrimiento que han pasado las comunidades secuestradas por guarimbas” o barricadas, y subrayó que una cosa es la protesta y otra cosa es la violencia.
“Para protestar en Venezuela hay plenas libertades y lo he dicho mil veces si la MUD quieren protestar todos los días de todos los años que están por venir lo pueden hacer”, añadió. Sin embargo, Maduro reclamó “una condena conjunta a la violencia como forma de hacer política”, como algo “vital” y “necesario”.
Llegan a 40 los muertos por violencia en protestas en Venezuela
Un oficial de la policía venezolana murió el jueves 10 de abril por una herida de bala recibida días atrás al dispersar una manifestación en Barquisimeto (oeste), informó la Fiscalía y confirmó el presidente Nicolás Maduro, elevándose a 40 los fallecidos en las protestas iniciadas en febrero.