Familiares de manifestantes detenidos inician huelga de hambre en Nicaragua

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Familiares de "presos políticos" exigieron libertad para los presos mientras dan inicio a una huelga de hambre indefinida en la iglesia de San Miguel en Masaya (Nicaragua). Foto: EFE

Familiares de "presos políticos" exigieron libertad para los presos mientras dan inicio a una huelga de hambre indefinida en la iglesia de San Miguel en Masaya (Nicaragua). Foto: EFE

Once mujeres familiares de manifestantes detenidos por protestar contra el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua comenzaron este jueves 14 de noviembre del 2019 una huelga de hambre para exigir la libertad de sus allegados, pese a la presencia de fuerzas antimotines.

El ayuno es parte de una campaña denominada “Navidad sin presos políticos”, organizada por familiares de los detenidos en la iglesia San Miguel de la ciudad de Masaya, 30 km al sureste de la capital, Managua, explicó a periodistas Karen Lacayo, hermana de uno de los manifestantes privado de libertad.

“Estamos haciendo esta huelga hasta que liberen a nuestros presos. Vamos a estar el tiempo que sea necesario para que liberen nuestros familiares”, dijo Lacayo.

Las mujeres portaban carteles con las fotos de sus familiares y eran acompañadas por exprisioneros que fueron liberados bajo una polémica ley de amnistía en junio pasado.

Agentes antimotines permanecieron en las afueras del templo donde comenzó la huelga, aunque inicialmente no se reportaron incidentes.

La campaña por la libertad de los detenidos incluye reuniones callejeras y manifestaciones breves en la capital, dijo una madre que participa en la huelga de hambre.

Grupos de oposición y familiares de presos calculan que 139 personas continúan encarceladas por participar en las protestas contra el gobierno, aunque este no reconoce que haya presos por motivos políticos.

El sacerdote Edwin Roman, un crítico del gobierno de Ortega, manifestó su apoyo a los familiares de los detenidos porque “la Iglesia siempre abre sus puertas para todos los que necesitan su guía”.

Las protestas comenzaron en abril de 2018 contra una reforma a la seguridad social y derivaron en una demanda de renuncia de Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

Organismos de derechos humanos estiman que la represión de las protestas dejó 325 muertos, cientos de encarcelados y 62.500 exiliados.

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