Imagen del montañista suizo Bastian Fleury quien estuvo durante seis dÃas aislado en el Everest. AFP
Lo encontramos deambulando solo por las calles de Katmandú, con la mochila de montañismo a la espalda. Bastian Fleury, de 24 años, va recuperándose poco a poco tras haber pasado seis dÃas en el Everest, aislado del mundo.
“Ahora estoy bien, pero al menor ruido, quiero salir fuera. Y también tengo la impresión de que el suelo se mueve todo el tiempo”, confÃa el joven suizo, sentado a una mesa de una cafeterÃa de Katmandú, donde las réplicas del sismo causan una angustia cotidiana.
Cuando todo tembló el 25 de abril “a mediodÃa , él estaba al pie de un puerto de montaña de 5 500 metros. “Antes de partir, leà en una guÃa que se esperaba la llegada del ‘Big One’ en Nepal (nombre que se da a un gran terremoto), y me dije: ‘es esto'”, cuenta Bastian, originario de Corcelles-sur-Chavorny, cerca de Lausana (Suiza).
Junto a cuatro senderistas que conoció allÃ, comenzó la “ruta de los tres puertos de montaña”, un duro recorrido de veinte dÃas. Bastian pensaba descubrir el Himalaya durante cinco dÃas, una especie de paréntesis en su vida para disfrutar de su pasión por las cumbres.
“Nos refugiamos en unas casas de madera donde habÃamos dormido el dÃa anterior y que resistieron al sismo. Pero tenÃamos miedo de los aludes. Vimos muchos, pero ninguno alcanzó nuestro pueblo de Chukhung”, situado a 4 800 metros de altitud.
“No tenÃamos ninguna información sobre lo que habÃa pasado realmente. Llegaban muchos rumores del pueblo, nos decÃan que Katmandú y su aeropuerto estaban completamente destruidos, como todos los pueblos que estaban más abajo”, dice. “No nos atrevÃamos a movernos de allÃ, tenÃamos miedo de bajar al pueblo vecino”. Miedo a descubrir el horror.
Fue otro montañista el que tomó el riesgo. Desde el pueblo de Dingboche, que resultó afectado pero en el que nadie murió, el senderista consiguió enviar un mensaje a los padres de Bastian y a los de sus compañeros, dos belgas, un canadiense y un indio.
Sin evacuación
“En los dÃas sucesivos, nuestros padres se intercambiaron unos cincuenta mensajes al dÃa para encontrar el modo de evacuarnos. ¡Hoy son casi amigos y ni siquiera se conocen!”, comenta.
Vieron aterrizar helicópteros indios e israelÃes que evacuaban exclusivamente a sus nacionales, “mientras que tenÃan sitio” para más personas, explica indignado Bastian.
Finalmente, el suizo fue evacuado el viernes por una compañÃa privada local encargada de los rescates de emergencia.
Las principales agencias de montañismo anunciaron el domingo que suspendÃan las expediciones al Everest, donde 18 personas murieron en un alud provocado por el sismo.
Bastian tenÃa previsto volver a Suiza este lunes, tras haberse planteado quedarse en Nepal para ayudar. “Me dijeron que no tenÃa ninguna cualificación particular para la ayuda de emergencia, asà que decidà volver más adelante y con dinero para reconstruir escuelas”.
Para llevar a cabo el proyecto, Bastian ha pensado realizar una ruta financiada por patrocinadores con más gente. Ésta deberÃa empezar en mayo y comprenderÃa un recorrido de 60 kilómetros por los Alpes suizos durante dos meses, con el fin de recaudar fondos y regresar a Nepal a mediados de julio.