Ciudadanos de todo el mundo celebraron el Año Nuevo pese a la amenaza yihadista

Las capitales de Asia y Europa recibieron el Año Nuevo. EL COMERCIO

Las capitales de Asia y Europa recibieron el Año Nuevo. EL COMERCIO

Ciudadanos de todo el mundo saleron a las calles el sábado 31 de diciembre de 2016 para dar la bienvenida a 2017, desafiando la amenaza yihadista y entre fuertes medidas de seguridad.

En torno a 1,5 millones personas inundaron Sídney, la ciudad más grande de Australia, para ver los fuegos artificiales de medianoche 13:00 GMT del sábado (08:00 hora de Ecuador) desde el puente del puerto, arrancando así las celebraciones que seguirían en todo el planeta.

Japón entró en 2017 con miles de personas en las calles de Tokio lanzando globos al cielo para celebrar el año nuevo.

En Moscú, el cielo de la plaza Roja quedó literalmente pintado de rojo por los fuegos artificiales.

Las alegres y coloridas celebraciones ponían el broche final a un año especialmente sangriento, violento y dramático, con la guerra en Siria, la crisis migratoria en Europa y numerosos atentados en todo el mundo.

Tras un año convulso, los deseos de paz seguían escuchándose en Colombia, tras el acuerdo firmado por las autoridades y la guerrilla de las Farc para poner fin a más de 52 años de confrontación armada.

En Vegaez, en plena selva tropical, en el noroeste de Colombia, Johana Martínez y Fabio Griñón, dos guerrilleros de las Farc, se congraciaban por ver a su hijo de doce años. En esta zona de reunón donde los guerrilleros deben deponer las armas, Fabio dijo: "estamos felices de tenerlo a nuestro lado. Que se dé cuenta de qeu todavía tiene a sus padres y que están vivos y que podemos compartir con él".

'Esta noche toca divertirse'
También ha sido el año de los terremotos políticos, con eventos chocantes como el referéndum a favor de la salida de Reino Unido de la Unión Europea o victorias electorales de candidatos controvertidos, desde Estados Unidos a Filipinas.

Y las masacres continuaron hasta el último día del año. El sábado, al menos 27 personas murieron en Bagdad en un doble atentado suicida en un mercado, reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI).

Fadhel al Araji, un joven iraquí de 21 años del barrio de Sadr City, llevaba su cerveza en el asiento trasero del auto.

"Hoy toca divertirse. Todo el mundo puede hacer lo que quiera y a nadie le importa. Necesitamos una noche así, Irak lo necesita", explicó desde el volante de su maltratado Toyota.

En la devastada ciudad siria de Alepo, Abdel Wahab Qabani, estudiante de 20 años, también estaba determinado a comenzar 2017 desde una óptica positiva. "Los últimos dos años no salí por Año Nuevo. Esta vez, me voy de fiesta", aseguró.

En otras ciudades del mundo árabe como la emiratí Dubái, el espectáculo pirotécnico desde el rascacielos más alto del mundo, Burj Khalifa, estaba garantizado. El Año Nuevo se celebró sin incidentes, a diferencia del año paso, cuando un incendio devoró el edificio adyacente.

'Bloques de cemento'

Desde Estambul a París, pasando por Orlando, Bruselas o Uagadugú, la lista de urbes golpeadas por ataques yihadistas fue muy larga en 2016 y por ello, las medidas de seguridad se extremaban en todos los países.

Las autoridades nacionales temían en especial la posibilidad de un ataque mediante vehículos contra la multitud durante las fiestas de Nochevieja, como en Niza (86 muertos el 14 de julio) y Berlín (12 muertos el 19 de diciembre), donde los atacantes utilizaron camiones.

Por ello, en Berlín se colocaron bloques de hormigón y vehículos blindados en las arterias que conducen a la Puerta de Brandenburgo. En Colonia, el número de agentes se multiplicó por 10 para evitar que se repita la ola de agresiones sexuales cometidas por migrantes que tuvo lugar el año pasado.

En Nueva York, 165 vehículos "bloqueadores" -como camiones de la limpieza- serán colocados en "lugares estratégicos" y principalmente en las inmediaciones de Times Square, donde se espera que más de un millón de personas asista a la tradicional caída de la bola que anuncia el cambio de año.

Un segundo más

Los dispositivos de seguridad también se reforzaron en Roma, y especialmente en torno a la basílica de San Pedro, donde el papa Francisco habló en el tradicional Te Deum para dedicarlo a la juventud, con la que la sociedad tiene una "deuda", según el pontífice.

En Madrid, 800 agentes de los cuerpos de seguridad fueron desplegados la Puerta del Sol, donde unos 25 000 privilegiados recibieron el año comiendo uvas al compás de las doce campanadas de medianoche.

Y en Francia, tras una sobria Nochevieja en 2015 tras los atentados del 13 de noviembre, casi 100 000 policías, gendarmes y militares fueron movilizados por toda Francia, mientras que las medidas se extremaron en los Campos Elíseos, donde se esperaba una afluencia de medio millón de personas.

América fue el último continente en entrar en un nuevo año que se anuncia lleno de incógnitas, empezando por la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, por el que nadie apostaba al comenzar 2016.

Antes de entrar en el nuevo año, los juerguistas del mundo entero dispondrán de un segundo más para disfrutar de esta noche especial.

El minuto que fue de las 23:59 a las 00:00 UTC/GMT duró un segundo más, 61, por el añadido de un "segundo intercalar" que permitirá sincronizar el tiempo astronómico de rotación de la Tierra con la escala de tiempo atómica, mucho más precisa.

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