Imagen referencial. Un pastor nómada de etnia peul en Mali. Foto: Archivo
Casi 100 personas murieron en un sangriento ataque nocturno contra una aldea en el centro de Malí, en el último episodio de violencia comunitaria que golpea a la frágil región, dijeron las autoridades este lunes, 10 de junio del 2019.
No hubo una reivindicación inmediata de la matanza, pero ésta ocurrió en una aldea habitada por la comunidad dogón, y lleva la marca de los ataques étnicos ‘ojo por ojo’ que se han cobrado cientos de vidas en la zona.
La masacre ocurre menos de tres semanas después de que casi 160 miembros de la etnia ‘fulani’ o ‘peul’ fueran masacrados por un grupo identificado como dogón.
“Ahora mismo tenemos 95 civiles muertos. Los cuerpos están quemados, seguimos buscando a otros”, dijo a AFP un funcionario del distrito de Koundou, donde se encuentra la aldea de Sobane-Kou que tenía unos 300 habitantes.
Una asociación dogón, llamada Dan Nan Ambassagou, condenó el “vil y bárbaro” ataque, describiéndolo como genocida.
Según el gobierno, numerosos animales fueron masacrados y las casas incendiadas.
“Hombres armados, sospechosos de ser terroristas, lanzaron un ataque asesino contra esta pacífica aldea”, dijo el gobierno en un comunicado.
Una fuente de seguridad maliense en el lugar de la masacre dijo que la “aldea dogon fue virtualmente destruida”.
Un sobreviviente que dio su nombre como Amadou Togo explicó que “unos 50 hombres fuertemente armados llegaron en motocicletas y camionetas”.
“Primero rodearon la aldea y luego atacaron, y cualquiera que intentaba escapar era asesinado”.
“A algunas personas les cortaron el cuello o les destriparon, quemaron graneros y ganado. Nadie se salvó…. mujeres, niños, ancianos”.
Togo añadió: “Hemos contado 95 muertos y 38 heridos, y unos 20 desaparecidos”.
En 2015 apareció en el centro de Malí un grupo yihadista liderado por el predicador Amadou Koufa, que recluta a sus miembros dentro de la etnia de los fulani, tradicionalmente ganaderos.
Desde entonces, se multiplican los enfrentamientos entre los fulani y las etnias bambara y dogon, tradicionalmente agricultores, y estos últimos respondieron creando grupos de autodefensa.
En marzo y abril de 2012, el norte de Malí cayó en manos de grupos yihadistas, cuya mayoría fueron expulsados por una ofensiva militar en enero 2013 iniciada por Francia, que sigue en curso.
Pero hay zonas enteras que siguen escapando al control de las fuerzas malíes, francesas y de la ONU, a pesar de un acuerdo de paz firmado en 2015 que en teoría debería aislar a los yihadistas.