Al menos cinco personas murieron y 36 resultaron heridas en un atentado suicida ocurrido hoy, 19 de marzo del 2016, en el centro de Estambul, informó el gobernador de la ciudad turca, en el segundo ataque en una semana en una gran ciudad turca.
El ataque tuvo lugar poco antes de las 09:00 GMT cerca de un mercado de pescado en la avenida Istiklal, una de las principales calles comerciales del centro de Estambul, cerca de la plaza Taksim. Entre los fallecidos se encuentra el atacante.
La agencia de noticias Dogan informó de que otro de los fallecidos es un israelí, después de que la web de noticias israelí Ynet informase de que entre los heridos había tres ciudadanos del Estado judío.
El Gobierno de Irlanda también aseguró que hay varios heridos de su país. Según el ministro de Sanidad turco, Mehmet Müezzinoglu, entre los heridos hay al menos 12 extranjeros. Siete de los 36 heridos se encuentran graves.
Por ahora las autoridades no hicieron ninguna referencia a la posible autoría del ataque. Desde Irán, donde se encuentra de visita, el ministro de Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, aseguró que “el terrorismo mostró su horrible rostro”.
El fin de semana pasado 37 personas murieron en la capital del país, Ankara, en un atentado reivindicado por los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), un grupo escindido del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Otro atentado similar, también reivindicado por los TAK, dejó 30 fallecidos en Ankara el mes pasado, mientras que en enero 12 turistas murieron en un ataque suicida en Estambul del que las autoridades culparon al Estado Islámico.
El Gobierno mantendrá reuniones de seguridad, informaron medios locales. Las autoridades turcas impusieron un bloqueo parcial sobre las imágenes relacionadas con el atentado y algunos usuarios de redes sociales informaron de que se estaba entorpeciendo el funcionamiento de las mismas.
El Ejecutivo turco ya tomó medidas similares tras otros atentados. Las imágenes recogidas por un circuito cerrado muestran el momento de la explosión, que al parecer ocurrió en el centro de un grupo de varias personas que estaban junto a un popular mercado de pescado.
La avenida Istiklal suele estar llena de turcos y turistas por las tardes, pero durante las mañanas del fin de semana no hay tanto movimiento. Tras el ataque, el Ministerio de Exteriores de Alemania recomendó a los turistas alemanes en Estambul que no salgan de su hotel.
“Se recomienda a los turistas en Estambul, Ankara y otras grandes ciudades en Turquía que se mantengan alerta”, señaló en un comunicado, en el que también aconseja seguir las instrucciones que den las autoridades de seguridad turcas.
El comunicado sostiene que “hay que contar con más tensión política, disturbios violentos y atentados terroristas en todo el país” en las próximas semanas.
El jueves y el viernes permanecieron cerrados por amenaza terrorista el consulado alemán de Estambul y la Embajada germana de Ankara, así como otras instituciones de este país en Turquía. El consulado de Estambul había llamado a sus ciudadanos a extremar sus precauciones en la ciudad este fin de semana, así como el lunes con motivo de la festividad kurda de Newroz.
La noche pasada se registró una fuerte presencia policial en Estambul y helicópteros con luces de búsqueda sobrevolaron la ciudad. En los bares y restaurantes del bullicioso barrio de Taksim hubo menos clientes de lo habitual.
Los ataques terroristas, el conflicto civil en la vecina Siria y la disputa con Rusia están teniendo un efecto devastador en el turismo de Turquía, un importante sector económico del país. La violencia ha ido en aumento desde el verano pasado.
El mayor ataque terrorista en la historia del país se produjo el pasado octubre, cuando 100 personas murieron en un ataque que el Gobierno turco atribuyó al Estado Islámico. También se ha reavivado el conflicto con la minoría kurda y el PKK, tras el colapso en junio del alto el fuego que persistió durante dos años.
En los últimos meses han muerto cientos de personas, muchas de ellas civiles, en las regiones de mayoría kurda del sureste del país. Los kurdos llevan décadas denunciando una discriminación sistemática por parte de Ankara.