La ceremonia de jura se disponía a comenzar. Ya estaban todos los espectadores en sus lugares y la nueva familia presidencial iba subiendo al escenario.
Una de las tantas cámaras de televisión que había enfocó al ex presidente Bill Clinton. Con una notoria cara de satisfacción, miraba para un costado. Se mordió los labios y hasta pareció susurrar alguna palabra, sin dejar de mirar.
En ese momento, su esposa Hillary, que hablaba con Michelle Obama, se dio vuelta y lo descubrió con las manos en la masa. Entonces le dirigió una sostenida y fría mirada de desaprobación. Clinton pareció darse cuenta poco después, pero se hizo el distraído. La mujer, habituada ya a sus públicas y escandalosas infidelidades, volvió a mirar al frente como si nada hubiera ocurrido.
El curioso incidente se convirtió en tema de conversación en las redes sociales. Algunos aseguraban que el ex presidente miraba embelesado a Ivanka Trump, hija del flamante mandatario. Otros decían que en realidad sus ojos se posaban sobre la nueva primera dama, Melania. Lo cierto es que no se sabe con certeza en quién o en qué se fijaba Clinton. Lo único evidente es que a su esposa no le gustó nada.