Chile celebró ayer las fiestas del Bicentenario, acompañado por la presencia de mandatarios extranjeros, aunque la jornada estuvo marcada por la huelga de hambre de un grupo de indígenas y la esperanza de que los mineros atrapados sean rescatados en noviembre.
Como es la tradición, todas las autoridades y varios ex presidentes de Chile asistieron a una liturgia de Acción de Gracias en la principal catedral de Santiago para conmemorar los 200 años desde la Primera Junta Nacional de Gobierno.En el acto, la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Chile, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, recalcó que el país está de fiesta, pero aún hay mucho por hacer tras el devastador terremoto de fines de febrero, en las labores de rescate de los mineros y de los indígenas en huelga de hambre.
El mensaje de la iglesia ocurre un día después de que el presidente Sebastián Piñera anunció una mesa de diálogo para intentar resolver las demandas de los pueblos indígenas, en un gesto hacia 34 mapuches que suman más de dos meses en ayuno para no ser juzgados por una polémica ley antiterrorista.
Mientras tanto, en Copiapó, la celebración le ganó a la incertidumbre por el rescate de los 33 trabajadores atrapados en una mina, y se tomó el campamento donde sus familiares los esperan, con la promesa de repetir la fiesta cuando salgan a la superficie.
Ayer se conoció que el tercer plan de rescate de los mineros iniciará su perforación hoy y por primera vez trabajará paralelamente a los otros dos planes. El ingeniero a cargo de las operaciones explicó que se mantienen tres opciones “porque esta operación no está exenta de riesgo”, pero se espera concretar el rescate los primeros días de noviembre.