La finalización del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, el domingo pasado, fue el fin para los haitianos de la tregua que habían dado al dolor y la tristeza que les dejaron las pérdidas generadas por el terremoto, que justo ayer hace seis meses devastó la nación caribeña.Los partidos del Mundial se convirtieron en un motivo de distracción para los haitianos, cuyo deporte nacional es el fútbol y que en esta ocasión se convirtió en la mejor excusa para reunirse y dejar de lado por un momento la tragedia que padecen.
Cerca de 20 pantallas acondicionadas por la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah) fueron ubicadas en algunos de los campamentos en los que se refugian 1,5 millones de damnificados que dejó el terremoto del 12 de enero, para ver los partidos.
El fútbol también dio tregua a las manifestaciones que se venían sucediendo en el país para protestar por la demora en la asistencia tras el terremoto, que ocasionó la muerte de cerca de 230 000 personas y la destrucción casi total de Puerto Príncipe y otras localidades aledañas.
Las manifestaciones, en las que además se pidió la salida del presidente René Préval, cesaron gracias a un pacto entre los partidos y movimientos que venció este lunes. El plazo se ha cumplido y a partir de hoy la oposición ha anunciado la salida nuevamente a las calles para hacer sus reivindicaciones. Dentro de los movimientos que promueven las protestas están algunas de las organizaciones políticas que deslegitiman el Consejo Electoral Provisional (CEP) que organizará las elecciones generales del próximo 28 de noviembre.
Con una ceremonia en Puerto Príncipe se recordaba ayer la tragedia del 12 de enero, mientras los haitianos reclaman que los millones de dólares prometidos por la comunidad internacional se inviertan en proyectos concretos.
Bajo una carpa, entre las ruinas del Palacio Nacional, el ministro del Interior Paúl Antoine Bien-Aimé dio inicio a la denominada Ceremonia del Recuerdo agradeciendo “a la comunidad internacional, a las ONG y a los ciudadanos extranjeros” por su ayuda tras la tragedia.
En el acto estaban presentes, entre otros, el presidente Préval y varios de sus ministros y el ex mandatario estadounidense Bill Clinton. “Seguiremos ayudando a la gente en los campos, pero hoy (ayer) también queremos lanzar oficialmente la fase de reconstrucción”, dijo Préval.
Clinton preside el Comité Interino para la Reconstrucción de Haití (CIRH), integrado además por el primer ministro Jean-Max Bellerive, el actor Sean Penn y representantes de la ONU. El ex Presidente se declaró “frustrado” por la lentitud con la que marcha el proceso de reconstrucción.La CIRH, que inició tareas hasta el 17 de junio, se encargará de seleccionar y autorizar el desembolso de los recursos para los proyectos que se ejecutarán en Haití con los cerca de USD 11 000 millones que han sido prometidos por la comunidad internacional y que serán administrados por el Banco Mundial.
En Puerto Príncipe, la impaciencia de los haitianos va creciendo ante la lentitud de la reconstrucción. “Cuando nos pidieron que viniéramos a este campo, nos prometieron casas. ¿Dónde están?”, se preguntaba Jean-Auguste Petit-Frère, antes de iniciarse la Ceremonia del Recuerdo.
Tres meses después de una conferencia internacional en Nueva York y en la que la comunidad internacional prometió más de USD 10 000 millones en cinco años a Haití, muy poco dinero ha llegado al país más pobre del hemisferio occidental. Jean Renald Clerisme, asesor del presidente Préval , dijo a la BBC. “… se nos prometieron USD10 000 millones pero no hemos recibido ni el 2% de este dinero”.
Naciones Unidas reconoció ayer problemas en la coordinación de la ayuda internacional en Haití, donde 1,5 millones de personas, la mitad niños, vive aún en campos de acogida. Cientos de miles de criaturas sufren aún de malnutrición y enfermedades.
Desde el sismo, unos 500 orfanatos y un pequeño ejército de voluntarios han estado trabajando para acomodar a los niños y reubicarlos con sus familiares.
Un viaje reciente para investigar las dificultades de los niños haitianos reveló que muchos se habían caído de la red de protección montada por las agencias de ayuda. A pesar de los millones de dólares donados y la ayuda que se envió, muchos niños terminaron viviendo en la calle, según BBC.