Rodrigo Maia sustituirá al legislador Eduardo Cunha al frente de la Cámara de Diputados de Brasil. Foto: AFP
Rodrigo Maia, un aliado del presidente en ejercicio de Brasil, Michel Temer, fue electo el 14 de julio como el nuevo presidente de la Cámara de Diputados del país sudamericano.
Maia, del partido de derecha Demócratas (DEM), se impuso en la madrugada del 14 de julio en una segunda votación al diputado Rogério Rosso con 285 votos contra 170, tras varias horas de deliberaciones desde la noche del 13 de julio.
Maia sustituirá al legislador Eduardo Cunha al frente de la Cámara. Cunha fue el gran artífice del proceso de destitución (“impeachment”) contra la presidente Dilma Rousseff, actualmente suspendida del cargo.
El nuevo presidente de la Cámara prometió llevar la calma al Legislativo. “Vamos, a partir de mañana, a gobernar con simplicidad”, dijo Maia tras su elección, según recoge el portal “Globo”. “Tenemos que pacificar este plenario, tenemos que dialogar con la mayoría, con la minoría”, agregó.
El nuevo presidente de la Cámara baja tenía previsto reunirse el 14 de julio con Temer. Con su elección, Maia se convierte en el primer político en la línea de sucesión, detrás del presidente interino.
Brasil está sumido desde hace meses en una severa crisis institucional por disputas e intrigas políticas. Rousseff está suspendida desde mayo debido a acusaciones de irregularidades en la elaboración de los presupuestos públicos.
Maia ganó la elección apoyado por partidos de todo el espectro político: desde su propio partido, que en su origen estuvo vinculado a la dictadura militar (1964-1985), hasta los izquierdistas Partido de los Trabajadores (PT) y Partido Comunista do Brasil (PCdoB) y el partido socialdemócrata (PSDB).
El triunfo de Maia representa una derrota para Cunha y representa un alivio para Temer, que ya no dependerá completamente del grupo de más de 200 legisladores leales al exjefe de la Cámara.
La unión variopinta que eligió ahora a Maia se forjó para hacer frente al llamado “centrao”, el conglomerado de legisladores liderado por Cunha, quien tras acceder a la presidencia de la Cámara baja, en febrero de 2015, mantuvo en jaque al Gobierno de Rousseff y amenazaba con hacer lo mismo con el Gobierno interino de Temer.
Cunha renunció la semana pasada al comando de la Cámara de Diputados presionado por las acusaciones que lo vinculan con la trama de corrupción que operó en la petrolera estatal Petrobras, y por las cuales hace frente a dos procesos ante la Corte Suprema.
No obstante, su influencia continuaba pesando sobre el Parlamento, puesto que dentro del “centrao” hay cerca de un centenar de legisladores a quienes él ayudó a financiar sus respectivas campañas electorales y que por tanto le son fieles.
La tranquilidad del Palacio del Planalto (Presidencia) radicaba el 14 de julio sobre todo en la derrota sufrida en primera vuelta por el candidato apoyado por el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff, Marcelo Castro.
Castro es un exministro de Rousseff que votó en contra de su destitución pese a integrar el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Temer.
Temer, vicepresidente del Gobierno de Rousseff, rompió meses antes con ella y ejerce ahora la jefatura de Estado de forma interina.
El Senado debe decidir probablemente en agosto sobre la destitución definitiva de la jefa de Estado.
Maia fue un aliado de Cunha hasta hace unos meses, pero luego cambió su discurso y pasó a defender, por ejemplo, que se acelere el proceso de impugnación de mandato de Cunha, que tramita en el Consejo de Ética de la Cámara Baja desde octubre y está trancado gracias a la influencia del legislador evangélico.