La primera dama estadounidense Michelle Obama y su hija Sasha pusieron fin a su viaje de cuatro días a España, con un almuerzo privado con los reyes de España Don Juan Carlos y Doña Sofía y la princesa Leticia en el palacio de Miravent en Mallorca, tras el cual emprendieron el regreso a Washington. Obama llegó en su avión privado, el Air Force 2, a mediodía desde Málaga a la isla balear, residencia de verano de la familia real, donde pasó apenas unas dos horas. Esta es la visita oficial más importante que ha recibido dicho palacio en los últimos años; a mediados de los ochenta lo hicieron los príncipes de Gales. El príncipe Felipe estuvo ausente debido a su visita oficial a Colombia con motivo de la ceremonia de investidura en Bogotá del presidente Juan Manuel Santos. Su hermana mayor, en cambio, la infanta Elena, llegó un poco más tarde al palacio Miravent acompañada de sus dos hijos, debido al retraso de su vuelo desde Madrid. Durante la toma de una fotografía previa al almuerzo con la invitada de los monarcas españoles, la Primera Dama estadounidense llamó a su hija Sasha, quien había sido apartada, para que también posara antes las cámaras de los medios de comunicación junto a los reyes y doña Leticia. Inicialmente no estaba previsto que la pequeña apareciera en la fotografía. Michelle Obama ha pasado cuatro días en un hotel de lujo cerca de Marbella junto con su hija y amigos de la familia, desde donde visitó la Alhambra de Granada y la localidad medieval de Ronda. Su viaje a España ha desatado fuertes críticas en su país por el elevado coste.