La presidenta chilena, Michelle Bachelet, firmó hoy (23 de abril del 2014) un proyecto de ley que acaba con el sistema electoral heredado de la dictadura militar del general Augusto Pinochet, que históricamente impidió la representación proporcional.
“Es parte de un profundo compromiso que como Nueva Mayoría adquirimos con los chilenos y es un anhelo que esperó más de 20 años en concretarse”, dijo la mandataria.
La iniciativa, resistida por sectores de la minoría de derecha en el Parlamento, eleva el número de parlamentarios, introduce criterios de representación proporcional y favorece la postulación de mujeres.
“El actual sistema binominal es una espina clavada en el centro de nuestra democracia, es un sistema que debe la vida a la dictadura y que se perpetúa con la exclusión”, justificó Bachelet.
De hecho, el actual sistema electoral chileno impide la representación proporcional y da una representación mayor a zonas de baja población que tradicionalmente fueron de derecha.
Por ejemplo, Santiago, con cuatro millones de electores, elige cuatro senadores, frente a los dos que posee la región de Aysén, con 80 000 votantes.
A ello se suma que en cada distrito hoy son elegidos dos representantes. Para que una coalición obtenga ambos escaños debe doblar a la que le antecede.
La propuesta, bloqueada por décadas por la derecha, requiere de una mayoría de 72 de los 120 diputados y de 23 de los 38 senadores para ser aprobada. En principio, como han mostrado otras votaciones estos días, el gobierno cuenta con los votos necesarios gracias a alianzas con independientes y sectores liberales de la oposición de derecha.