Ciudad Juárez. AFP
Agentes del FBI (Agencia Federal de Investigaciones) llegaron a Ciudad Juárez (norte de México) para investigar el asesinato de una funcionaria consular de Estados Unidos, su esposo y el marido mexicano de otra empleada de la delegación. Los tres murieron el sábado en dos ataques simultáneos atribuidos al narcotráfico.
La funcionaria consular Lesley Enríquez, de 35 años, y su esposo, Arthur Redelf, de 34 años, también estadounidense, recibieron varios disparos al salir de una fiesta de cumpleaños junto a su hija de un año en una camioneta. La bebé fue hallada ilesa en el asiento trasero de su vehículo.
Casi al mismo tiempo, otro grupo de sicarios atacó el auto en que viajaba el mexicano Jorge Alberto Salcido, esposo también de una funcionaria del Consulado, con sus dos hijos de 4 y 7 años, que resultaron heridos.
Las familias atacadas iban de regreso a sus domicilios después de asistir a un evento social, señaló el embajador estadounidense en México, Carlos Pascual.
Ayer, Washington decidió cerrar el Consulado de Ciudad Juárez, para evaluar su dispositivo de seguridad. “Estamos indignados. Queremos que los asesinos sean presentados ante la justicia”, explicó el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.
Las autoridades dijeron que según “ información intercambiada con agencias federales estadounidenses” se ha establecido como línea de investigación que los agresores “pertenecen a la pandilla de Los Aztecas”, sicarios a sueldo del cartel de Juárez. Otra hipótesis responsabiliza también a la banda criminal de ‘La Línea’.
‘Los Aztecas’ es una banda formada a fines de los años 90 por mexicanos detenidos en cárceles estadounidenses y se ha convertido en el principal soporte del cartel de Juárez en su defensa de las rutas de trasiego de drogas.
Los gobiernos de EE.UU. y México dijeron que colaborarán en las investigaciones. El presidente Felipe Calderón, que hoy tiene previsto llegar a Ciudad Juárez, reiteró el compromiso del Gobierno de México para esclarecer estos crímenes”.
Ciudad Juárez, de 1,3 millones de habitantes, vecina de El Paso (Texas), vivía ayer -feriado en México- un ambiente de relativa tensión. Los alrededores del Consulado, la mayor delegación de su tipo de Estados Unidos en el extranjero (16 000 m2), eran vigilados por patrullas policiales.
El alcalde José Reyes expresó a periodistas que la seguridad del Consulado se había reforzado, tras la amenaza de bomba.
Los tres asesinatos se enmarcaron en un fin de semana sangriento en México, con más de 100 asesinatos atribuidos al narcotráfico, la mayoría en el puerto turístico de Acapulco (sur).
Estados Unidos advirtió a sus ciudadanos del riesgo de viajar a México y autorizó a los funcionarios de los consulados de las ciudades de Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Monterrey y Matamoros a que envíen a sus familiares a su país.
Ciudad Juárez, considerada la localidad más violenta de México con más de 2 600 asesinatos en 2009, es disputada por los carteles de Juárez y Sinaloa, según informes de la Fiscalía mexicana.
El cartel de Juárez es liderado por Vicente Carrillo Fuentes, por quien EE.UU. ofrece USD 5 millones de recompensa. El Congreso estadounidense aprobó el desembolso de 1 300 millones en tres años de la iniciativa Mérida, para apoyar la lucha antidroga de México, cuyo Gobierno ha movilizado a 50 000 militares -6 000 en Ciudad Juárez-, para perseguir a los carteles, aunque sin lograr frenar la violencia que ya cobró 15 000 muertos desde 2006.
Ocho sicarios mueren
Ocho presuntos sicarios del cartel de ‘Los Zetas’ murieron en un enfrentamiento con militares mexicanos en el estado mexicano de Nuevo León, informó ayer la Secretaría de Marina y Armada (Semar).
El enfrentamiento se desató la tarde del domingo cuando elementos de la Semar realizaron un operativo en un rancho del poblado de Bustamante, donde se encontraban 60 presuntos Zetas, que recibieron a balazos a los uniformados.
‘Los Zetas’, ex militares de élite del Ejército mexicano, surgió como brazo armado del cartel del Golfo, pero distintas investigaciones apuntan a que se ha convertido en una organización independiente que siembra el miedo.