Los mexicanos iluminarán esta noche las calles para decir 'basta' a la violencia

Con velas encendidas en las calles, los mexicanos se unirán esta noche, martes 11 de noviembre, para decir "basta" a la violencia que sufre el país, que desde el 26 de septiembre pasado se ha visto sacudido por la desaparición de 43 estudiantes de entre 18 y 21 años en el estado de Guerrero.

La iniciativa ciudadana, bajo el nombre de "11.11 luz para México", ha sido difundida a través de redes sociales en la última semana.

"Si quieres participar de lo que hoy pasa en México y no has podido, esta es tu oportunidad de formar parte", indica la convocatoria "a formar una enorme cadena de luz" a las 19:00 hora local.

"Por un México que brinde un futuro digno a la juventud, enciende la luz", indica el cartel de la invitación, que llama a los ciudadanos a decir "basta de destruir México".

La desaparición de los 43 estudiantes de Escuela Normal de Ayotzinapa, que según tres miembros del cártel Guerreros Unidos fueron asesinados y quemados hasta desaparecer su rastro, ha generado numerosas manifestaciones en todo el país para exigir su aparición con vida.

Varias de estas protestas han culminado con incidentes violentos, la mayoría en Guerrero, donde este martes un grupo de maestros prendieron fuego a las oficinas del Partido Revolucionario Institucional (PRI, en el poder federal) y se enfrentaron con policías estatales.

El pasado sábado los disturbios también afectaron a la capital mexicana, donde la puerta principal de Palacio Nacional, sede del Ejecutivo, fue quemada de manera parcial por un grupo de encapuchados.

A la ola de protestas también se sumó la semana pasada una vigilia y ayuno durante 43 horas en el Zócalo de Ciudad de México.

Los grupos de civiles están convocando a una nueva jornada de manifestaciones a nivel nacional para el próximo 20 de noviembre, día en que se conmemora el inicio de la Revolución mexicana en 1910.

La tensión en el país subió el fin de semana, después de que la fiscalía anunciara que tres detenidos confesaron haber asesinado y quemado a los jóvenes por órdenes del líder de Guerreros Unidos, quien creyó que eran miembros del grupo rival Los Rojos.

La Fiscalía explicó que los jóvenes permanecerán como "desaparecidos" hasta que las pruebas genéticas de los restos óseos encontrados permitan su plena identificación, una tarea que -según los expertos- será muy difícil dada la extrema calcinación de los huesos.

Los familiares de los 43 estudiantes sostiene que mientras "no haya pruebas", seguirán exigiendo la búsqueda de sus hijos "vivos", y acusaron al Gobierno de torturarlos de "manera descarada".

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