Las jóvenes mexicanas, Juliana Velandia y Carolina Cano, forman parte de las decenas de personas heridas que dejó la estampida humana durante la celebración de Halloween en Corea del Sur.
Ambas estudiantes de medicina dialogaron con los medios de comunicación y comentaron que aquella noche salieron disfrazadas con el objetivo de conocer el lugar.
Aunque ellas sobrevivieron y fueron rescatadas, este hecho también provocó la muerte de 156 personas, por lo que el país se declaró en luto nacional.
Relatos de las mexicanas sobrevivientes
Al portal de noticias CNN, las jóvenes recordaron que cuando llegaron a aquella zona ya había mucha gente, optaron por cenar algo y luego salieron para trasladarse a sus casas. Ellas llegaron en agosto pasado.
En el trayecto optaron por un callejón que es el corazón de este barrio y donde fue el lugar de la estampida. Este tiene 4 metros de ancho, a la derecha se encuentra la pared de un hotel y al lado izquierdo varias tiendas.
En aquel lugar, un socorrista también informó que con sus ojos veía 10 filas de personas, pero no alcanzaba a ver sus pies. Este callejón también desemboca en otro callejón lo que causó que el hecho sea mortal.
Durante varios minutos la mexicana Velandia pensó que no saldría con vida del callejón, en el que ella estuvo al menos media hora completamente atrapada y “sin poder respirar”, según relató.
Estampida le provocó una enfermedad
Juliana logró salir del callejón, pero sufre ahora de rabdomiólisis, que se produce cuando el oxígeno no llega a los músculos (en caso de aplastamiento, por ejemplo) y la descomposición del tejido pasa al torrente sanguíneo, pudiendo dañar después los riñones, además de provocar otras posibles secuelas.
Durante varios minutos lo único que pudo mover fue el cuello y comprobó “que ya no podía respirar por la nariz porque no podía expandir los pulmones”.
Velandia tardó varios minutos en poder volver a caminar porque sus piernas seguían dormidas por la falta de circulación.
Afortunadamente la encontró gracias a que su compañera, que perdió el celular en el tumulto, pudo marcar su número desde el teléfono de otra persona cuando ella también logró salir con vida de ese callejón.
Ambas pasaron el resto de la noche en casa de un amigo en Itaewon y acudieron al hospital al día siguiente.
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