Dennis Rodríguez,
Corresponsal en Bogotá
Existen muchos vasos comunicantes entre ese mundo aparentemente legal, institucional y político, y los grupos criminales (…). Hay una relación de 150 bandas que operan de manera permanente”. Así explica Alonso Salazar, alcalde de Medellín, el rebrote de la violencia, en especial en las barriadas altas de la capital del departamento de Antioquia. La Comuna 13, uno de los barrios más peligrosos de Medellín y de toda Colombia, es el epicentro de la batalla que libran las organizaciones delictivas por el control del negocio de las drogas. Ahí se registra el 30% de los 1 410 homicidios que se han perpetrado en la ciudad hasta el pasado día 5, publicó la revista Semana en su último número. El recrudecimiento de la violencia y el deterioro de la seguridad, que han hecho que los niños de la Comuna 13 deban ir a clases acompañados de vigilantes, obligaron a que Juan Manuel Santos visitara la barriada, el miércoles. Allí presidió un consejo de seguridad y animó a los lugareños “a denunciar a los delincuentes”. Y ordenó que 400 policías reforzaran la vigilancia en esa área periférica.
¿Qué causa el rebrote de la violencia que hace recordar el terror que vivió Medellín en vida del capo Pablo Escobar? Lucila Reyes, catedrática de la Universidad Antonio Nariño de Bogotá, dice que existe un coctel de factores que vienen de décadas pasadas y que están ligados al narcotráfico. “Desapareció Escobar pero quedó una gran cantidad de bandas criminales. En el fondo, en Medellín, subyace un grave problema social de desempleo y de marginación social”. Como consecuencia, los jóvenes se integran a las organizaciones delincuenciales.