Los estadounidenses y el mundo fueron testigos de lo que cinco meses después se convertiría en el peor desastre ecológico en la historia de este país.
Ese día se produjo una explosión, seguida de un incendio y posterior hundimiento de la plataforma de exploración petrolera Deepwater Horizon, concesionada a la empresa British Petroleum.
El accidente, que causó la muerte de 11 trabajadores, vertió unos 4,4 millones de barriles de crudo en el Golfo de México durante los 84 días transcurridos desde su estallido hasta su sellado definitivo el domingo anterior.