En esta foto de archivo tomada el 6 de junio de 2018, una persona sostiene una foto de la niñera francesa asesinada Sophie Lionnet después de su funeral. Foto: AFP
Un matrimonio británico fue condenado este martes, 26 de junio del 2018, a treinta años de cárcel por torturar y asesinar a su niñera, la francesa Sophie Lionnet, de 21 años, en Londres el 20 de septiembre de 2017.
Sabrina K., de 35 años, y su marido, Ouissem M., de 40, fueron declarados culpables de los hechos el pasado 24 de mayo por el tribunal penal de Old Bailey, que este martes hizo pública la sentencia por la que les condena a 30 años en prisión.
El tribunal considera probado que el matrimonio sometió a ahogamientos, negó la comida y rompió varias costillas a Lionnet antes de matarla y quemar su cuerpo en el jardín de su casa en el barrio de Southfields de la capital británica.
Cuando los vecinos alertaron a los bomberos sobre el humo, Ouissem M. les dijo que los restos calcinados eran una oveja.
Durante el juicio, la mujer y el hombre se acusaron mutuamente de haber actuado en solitario mientras el otro dormía.
Los miembros del jurado escucharon más de ocho horas de grabaciones en las que la niñera fue abofeteada y calificada por sus torturadores como “peor que un asesino”.
El magistrado Nicholas Hilliard aseguró que el sufrimiento y la tortura que ejercieron sobre la joven fue “prolongado y sin piedad”.
Según se conoció durante el proceso, la pareja estaba convencida de que la niñera francesa mantenía una relación con un antiguo novio de Sabrina K., el músico Mark Walton, fundador de la banda Boyzone.
El matrimonio, que estaba obsesionado con el músico, creía que la niñera le había dejado entrar a la casa para drogarles y abusar sexualmente de ellos.
Anteriormente, Sabrina K. había denunciado a su exnovio ante la policía en cerca de treinta ocasiones, argumentando que había utilizado magia negra y había alquilado un helicóptero para espiarla, entre otras acusaciones.
En un comunicado tras conocerse el veredicto del jurado, el músico afirmó que se ha visto afectado “emocional y profesionalmente” por el caso y explicó que ha facilitado a la policía acceso a sus teléfonos, cuentas de correo y redes sociales para demostrar que “nunca” conoció a la niñera torturada y asesinada.