Las 'maras' hondureñas crean terror por asesinatos de niños

Las maras hondureñas crean terror por asesinatos de niños

Las maras hondureñas crean terror por asesinatos de niños

Una ola de violencia sacude Honduras: en las últimas semanas muchos niños murieron en el país centroamericano. En algunos casos la Policía sospecha que detrás de esto se encuentran bandas criminales de jóvenes. El motivo: que las víctimas no querían unirse a las conocidas como maras.

Los asesinos llegaron en medio de la oscuridad y actuaron sin piedad: entraron en la humilde casa de la familia Jiménez y acuchillaron a Loany Leonor, de 13 años; Jackeline, de 10; Jessy, de 7; y Jefry Centeno, de solo 18 meses. Ninguno de los hermanos sobrevivió al baño de sangre ocurrido en Limón, en el norte de Honduras.

"Nunca había ocurrido aquí una tragedia así, estamos conmocionados", cuenta el alcalde del municipio, Adrián Rivas, al diario El Heraldo.

En Honduras la vida es dura: desde hace años las poderosas bandas de jóvenes Mara Salvatrucha y Mara 18 se enfrentan por aumentar sus zonas de influencia en el país.

Las bandas controlan barrios enteros, están implicadas en el tráfico de personas y de droga y extorsionan exigiendo cuotas de protección. La última oleada de violencia contra niños provoca indignación incluso dentro del país, considerado el más peligroso del mundo.

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En el centro penitenciario de menores de El Carmen cinco menores de edad murieron el fin de semana en enfrentamientos entre bandas rivales, mientras en San Pedro Sula, feudo de las maras, la Policía investiga el asesinato de ocho menores en menos de un mes.

Todas las víctimas tenían heridas de bala en el rostro y habían sido torturadas. A algunos les habían arrancado la piel.

El gobierno del presidente Juan Orlando Hernández comenzó en enero una ofensiva contra las maras. Pero según el director de la organización de protección infantil Casa Alianza, José Guadalupe Ruelas García, la situación de la seguridad no ha mejorado a raíz de la operación. "Los asesinatos de niños se han incrementado desde la toma de posición del nuevo Gobierno en enero", dice.

Las maras no solo compiten por las zonas de influencia y sectores de negocio, sino también por atraer nuevos miembros. Según la Fundación Compartir Honduras, casi 34 000 jóvenes forman parte de bandas criminales. Sin embargo, muchos mueren en enfrentamientos entre las pandillas y son pocos los que llegan a los 30 años de vida. Por eso se necesitan continuamente reclutar a nuevos miembros.

Las luchas de las maras han convertido a Honduras en un campo de batalla en el que muere más gente que en muchas guerras. Con una tasa de 90,4 asesinatos por cada 100 000 habitantes, Honduras es el país más peligroso del mundo, según cifras de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).

En el cuarto lugar está El Salvador, con más de 40 homicidios por cada 100 000 personas. En ese país se investiga actualmente una posible infiltración de las pandillas en el seno de las Fuerzas Armadas y la Policía.

Por otro lado, las fuerzas de seguridad y escuadrones de la muerte financiados por empresas matan cada vez a más supuestos miembros de las maras, según activistas de derechos humanos. "La militarización del conflicto solo empeora la situación", señala Ruelas, experto en protección de la infancia.

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