Hasta 100 personas podrían haber quedado sepultadas ayer por un alud de tierra que cayó sobre una transitada carretera en Guatemala, donde el número oficial de fallecidos a causa de las torrenciales lluvias alcanzó los 36.
Aproximadamente un centenar de personas estaba ayudando en los trabajos de rescate de un primer deslave sobre la carretera Interamericana a unos 170 km de la capital, donde quedó sepultado un autobús, cuando ocurrió un segundo alud, dijo el portavoz de Bomberos Sergio Vásquez.
Rescatistas han recuperado hasta ahora en el lugar los cuerpos de 18 personas. Los trabajos de socorro podrían durar muchas horas o hasta días. “En un bus se cayó un paredón y la gente se organizó, alrededor de 100 personas, para rescatar los cadáveres. Pero luego vino otro deslave y los sepultó”.
Centroamérica es una región vulnerable a la lluvia por su terreno montañoso y deforestado, así como por las pobres comunicaciones en las áreas rurales que dificultan las tareas de rescate en desastres. Guatemala experimenta una temporada de lluvias más fuerte que lo habitual. Reuters