La cumbre servirá como plataforma para que líderes de izquierda latinoamericana respondan a las nuevas políticas de Donald Trump. La IX Cumbre de la Celac se celebrará esta semana en Honduras con la participación de algunos de los principales líderes de la izquierda latinoamericana, como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, la mexicana Claudia Sheinbaum y el colombiano Gustavo Petro.
Más noticias
El encuentro tendrá lugar en medio del impacto que han generado las nuevas políticas del presidente estadounidense, Donald Trump, en temas clave como los aranceles y la migración.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, será la anfitriona de la cumbre, que se desarrollará el miércoles en Tegucigalpa. Un día antes se reunirán los cancilleres. A la cita también asistirán otros mandatarios de la izquierda regional como el guatemalteco Bernardo Arévalo, el uruguayo Yamandú Orsi, el boliviano Luis Arce y el cubano Miguel Díaz-Canel. El encuentro servirá para coordinar posibles acciones conjuntas en política exterior.
“El objetivo de la CELAC es unir a la región. Es la voz de América Latina y el Caribe frente al mundo. Juntos, somos más fuertes para defender nuestra soberanía, impulsar el desarrollo y construir un futuro justo para nuestros pueblos”, publicó este lunes el Gobierno hondureño en sus redes sociales. Al menos una decena de líderes de los 33 países que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños participará en la cumbre.
Las ausencias reflejan la tensión ideológica en la región
Algunos líderes no asistirán, lo que evidencia fracturas políticas y cuestionamientos a gobiernos autoritarios.
Algunos mandatarios de izquierda aún no confirman su asistencia. Entre ellos están el chileno Gabriel Boric —quien, al igual que Xiomara Castro, se encuentra en el último año de su mandato—, el venezolano Nicolás Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega. Estos dos últimos enfrentan múltiples críticas en la región por los ataques a la oposición y las denuncias de fraude e irregularidades en las elecciones que los mantuvieron en el poder.
Desde el otro extremo del espectro político tampoco se espera la presencia del presidente argentino, Javier Milei, ni del salvadoreño Nayib Bukele. El evento se llevará a cabo en el edificio principal del Banco Central de Honduras, bajo un fuerte operativo de seguridad con 5.000 policías y 2.000 militares.
Los nuevos aranceles de Trump sacuden las economías latinoamericanas
El bloque buscará respuestas conjuntas ante las medidas proteccionistas de Washington.
Los aranceles del 10 % que Estados Unidos impuso la semana pasada a la mayoría de países de Latinoamérica se han convertido en uno de los temas centrales de la cumbre. La medida amenaza con afectar gravemente sectores clave como las exportaciones agrícolas, especialmente en economías como las de Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, que dependen del mercado estadounidense para productos como café, frutas y flores.
Trump anunció la aplicación de un “arancel recíproco” del 10 % a todas las importaciones provenientes de países latinoamericanos, excepto Venezuela y Nicaragua, que deberán pagar tasas más altas: 15 % y 18 %, respectivamente. México quedó exento gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) también enfrentarán un arancel del 10 %, excepto Guyana, a la que se le aplicará una tasa del 38 %.
Aunque la agenda oficial apenas ha trascendido, el analista Omar García señaló a EFE que la Celac debe discutir los aranceles estadounidenses, ya que su impacto será profundo. Según García, este cambio refleja el final de la globalización y una transición hacia la regionalización o incluso el aislamiento, como lo está promoviendo Estados Unidos.
La política migratoria de Trump complica el panorama regional
Las deportaciones masivas y la eliminación del parole humanitario agravan la crisis en varios países.
Las deportaciones masivas desde Estados Unidos, resultado de la estricta política migratoria de Trump, también figuran entre los temas más sensibles.
La mayoría de los países miembros de la Celac se han visto afectados por la creciente ola de arrestos y expulsiones. Desde la toma de posesión de Trump, el pasado 20 de enero, se han registrado más de 113.000 detenciones y 100.000 deportaciones. Además, el cruce de migrantes en la frontera sur con México cayó drásticamente: en marzo se registraron apenas 7.180 cruces, frente a los 137.480 del mismo mes del año anterior.
Solo México recibió a más de 24.400 personas deportadas en las primeras ocho semanas del nuevo Gobierno. Entre ellas había unos 4.600 extranjeros, muchos de origen venezolano, que decidieron regresar a Sudamérica tras ver frustrado su intento de alcanzar el llamado “sueño americano”.
El Salvador también está en el centro del debate, tras aceptar a más de 200 migrantes, incluidos venezolanos señalados como presuntos integrantes del grupo criminal Tren de Aragua. Las autoridades los recluyeron en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot).
Diversas organizaciones han denunciado violaciones al debido proceso y a los derechos humanos, tanto en Estados Unidos como en El Salvador, debido a estas deportaciones.
Mientras tanto, el Gobierno de Trump prevé eliminar el próximo 24 de abril el ‘parole humanitario’, un permiso que ha permitido residir y trabajar temporalmente en Estados Unidos a unos 530.000 ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. Quienes se acogieron a ese beneficio deberán abandonar el país antes de esa fecha o arriesgarse a quedar en situación irregular, lo que agravará aún más la crisis migratoria regional.