La lid electoral empezó en Brasil

Brasil inició ayer la campaña electoral hacia las elecciones de octubre, para suceder al popular presidente Luiz Inacio Lula da Silva, en un proceso que no parece anticipar grandes cambios para la política brasileña futura.

La campaña arranca con un empate a 39% de las intenciones de voto entre los candidatos de los dos grandes partidos de centroizquierda: la delfina de Lula y ex dama de hierro de su gobierno Dilma Rousseff, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), y el ex gobernador de Sao Paulo José Serra, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

“La buena situación del país, la economía en crecimiento y la popularidad de Lula crean un cuadro favorable a Rouseff, que parte como favorita, pero el hecho de que hasta ahora no haya desbancado a Serra muestra que no será una disputa fácil y que no está definida”, opinó el analista de MCM consultores Ricardo Ribeiro.Estas serán las primeras elecciones desde la reinstauración de la democracia en los años ochenta en las que Lula, que cuenta con una popularidad histórica de 80%, no será candidato, ya que la legislación le impide un tercer mandato consecutivo.

Una tercera aspirante es la ex ministra del Ambiente de Lula, Marina Silva, del Partido Verde (PV), que tiene 10% de las preferencias y pone en agenda temas de medioambiente.

Rousseff, de 62 años, guerrillera en la dictadura y ex ministra jefe de Gobierno con Lula, basa su campaña en la defensa de los logros sociales y la bonanza económica por la que atraviesa Brasil. “Vamos a transitar de una economía de nación emergente a una de nación desarrollada” con “el compromiso de erradicar la pobreza extrema”, promete. En los últimos meses, tras un rápido tratamiento de cáncer y un notorio cambio de imagen, pasó de ser relativamente poco conocida a empatar en intenciones de voto con su contendiente, amparada por la popularidad de Lula.

Serra, de 68 años, que ya perdió las elecciones en el 2002 frente a Lula, es un ex líder estudiantil que vivió exiliado en Francia y Chile. Fue además el Ministro de Salud que puso en jaque a las farmacéuticas por rebajas en el precio de los medicamentos y defiende la continuidad de los programas sociales, pero también tasas de interés e impuestos menores y despolitización de la administración pública.

Las elecciones no parecen anticipar grandes cambios en el Gobierno por parte del sucesor de Lula, en un país cuyo crecimiento económico se estima en más de 7% para el 2010 y que ha sacado a millones de la pobreza en los últimos 16 años bajo la presidencia de los grandes partidos centroizquierdistas PT (2003-2010) y PSDB (1995- 2002). La campaña comenzó ayer en las calles del país y en Internet, y el 17 de agosto arranca la propaganda en radio y TV. La oficialista y el opositor eligieron el sur del país para iniciar la campaña: Serra en las calles de la ciudad de Curitiba, y Rousseff, en Porto Alegre, un histórico feudo del PT.

Esta será la campaña más cara de la historia, con un total de USD 255 millones previstos.

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