Los liberales alemanes, expulsados la víspera de la coalición de Gobierno liderada por el canciller Olaf Scholz, exigieron este jueves, 7 de noviembre de 2024, la celebración inmediata de elecciones anticipadas. Esto en lugar de esperar al voto de confianza en el Parlamento el 15 de enero, y confirmaron que no apoyarán los presupuestos.
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“Lo correcto para nuestro país sería una cuestión de confianza inmediata y elecciones anticipadas”, dijo en una comparecencia el líder de los Demócratas Libres (FDP), Christian Lindner, cesado el miércoles, 6 de noviembre de 2024, por Scholz debido a divergencias de política económica, lo que provocó la ruptura de la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales.
“Nuestro país no debe perder el tiempo. Los ciudadanos deben tener la posibilidad de tomar decisiones sobre su futuro”, agregó.
Lindner reiteró su versión de la disputa que provocó anoche su cese y cuya responsabilidad él y Scholz se atribuyeron mutuamente, acusándose el uno al otro de forzar deliberadamente el colapso del Ejecutivo a 10 meses de las elecciones generales previstas inicialmente para septiembre de 2025.
El líder liberal aseguró que en todo momento estuvo dispuesto a buscar un compromiso y que también ofreció al canciller un “fin ordenado”, como parte del cual su partido hubiera permanecido en el Gobierno y aprobado el presupuesto adicional de 2024 y “otras decisiones importantes” a cambio de que las elecciones anticipadas se celebrasen lo antes posible.
Ahora, sin embargo, con la salida de los liberales del Gobierno -en el que quedarán socialdemócratas y verdes en minoría-, ya no apoyarán el presupuesto adicional de 2024 ni los presupuestos de 2025, según dijo el jefe del grupo parlamentario liberal, Christian Dürr.
Lindner argumentó que la coalición se enfrentó desde el principio de la legislatura a diferencias políticas que solo se pudieron salvar porque “había dinero para hacer compatibles conceptos políticos incompatibles”.
Sentencia del Tribunal Constitucional
Sin embargo, la sentencia del Tribunal Constitucional, que hace un año tiró por tierra la ingeniería presupuestaria del Ejecutivo para no incurrir formalmente en déficit, demostró que la “política de mínimo común denominador” no era ya posible y lo que el país necesitaba, afirmó.
Finalmente, según Lindner, Scholz le presentó un ultimátum para aceptar 15 000 millones de deuda extraordinaria, sorteando el freno constitucional de la deuda con la excusa de la imperiosa necesidad de apoyar a Ucrania con otros 3 000 millones de euros, lo que provocó la ruptura definitiva.
El líder liberal, no obstante, manifestó el deseo no solo de repetir como candidato de su partido, sino también de convertirse de nuevo en ministro de Finanzas en el próximo Ejecutivo, a pesar de que, según los sondeos, es posible que los liberales se queden sin representación parlamentaria.
Tras su cese, el puesto de Lindner como titular de Finanzas será ocupado por Jörg Kukies, un importante asesor de Scholz y actualmente, secretario de Estado en la Cancillería, mientras que no ha trascendido aún qué ocurrirá con las otras dos carteras que abandonan los liberales, Justicia y Educación.