A un día de la dura condena de la ONU al Vaticano, quien fue acusado de socapar casos de abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia Católica, la poderosa congregación de Los Legionarios de Cristo pidió ayer perdón a las víctimas de pederastia.
En efecto, la congregación ultraconservadora rompió ayer con su atroz pasado marcado por la pederastia de su fundador, el mexicano Marcial Maciel, y sueña con renacer de la mano del papa Francisco empeñado en limpiar los escándalos de la Iglesia.
Los Legionarios, reunidos en su Capítulo General en Roma, sostienen la petición oficial de perdón: “Queremos expresar nuestro hondo pesar por el abuso de seminaristas menores de edad, los actos inmorales con hombres y mujeres adultos, el uso arbitrario de su autoridad y de bienes, el consumo desmesurado de medicamentos adictivos y el haber presentado (Maciel, ndr) como propios escritos publicados por terceros”. Además, expresaron su “solidaridad” con las víctimas de abusos sexuales.
Empero, el perdón no alegró a todos. Críticos mexicanos de los Legionarios expresaron ayer su recelo por la inédita petición de perdón por los delitos cometidos por Maciel (1920-2008), un gesto que consideraron que no es del todo sincero.
“Yo creo que no hay verdadera reforma de fondo”, dijo el exlegionario José Barba.