Kamala Harris dará un simbólico mitin electoral en la Explanada Nacional de Washington el próximo 29 de octubre, cuando falte una semana exacta para las elecciones, informaron medios locales.
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El escenario escogido por la vicepresidenta estadounidense tiene un gran simbolismo porque es el espacio donde se encuentra la Casa Blanca, el Capitolio, el Monumento a Abraham Lincoln y el obelisco dedicado a George Washington.
Harris dará un discurso con el que quiere enfatizar el contraste entre ella y su rival republicano, el expresidente Donald Trump, quien, según la aspirante demócrata, representa una grave amenaza para la democracia, avanzó primero el diario The Washington Post y luego confirmó la campaña en un comunicado.
Por ello, la vicepresidenta mencionará el asalto al Capitolio de 2021, en el que una turba de seguidores de Trump intentó frenar la ratificación de la victoria electoral del presidente Joe Biden, un suceso por el que el republicano fue imputado ante la Justicia.
Discurso para simpatizantes
Precisamente, Harris hablará desde el Elipse, al sur de la Casa Blanca, misma ubicación donde Trump pronunció un discurso a sus simpatizantes minutos antes de que atacaran el edificio del Congreso y que, según la acusación de la fiscalía, sirvió para instigar el asalto.
Los asesores de la campaña creen que esta ubicación permitirá contrastar “el caos y la división” que representa Trump con “la visión esperanzadora y optimista de Harris“.
Según el Post, una empresa de organización de eventos que trabaja con la campaña demócrata habría reservado un espacio con capacidad para 7750 personas para la noche del día 29.
Harris está pasando los últimos días de campaña en los estados decisivos para las elecciones, como Pensilvania, pero quiere dar en Washington un mensaje final de cierre de campaña que vaya dirigido a todo el pueblo estadounidense antes de las elecciones del 5 de noviembre.
Donald Trump
En los próximos días, Trump también tiene previsto recorrer varios estados clave, aunque el 27 de octubre estará en Nueva York, una ciudad eminentemente demócrata, para dar un discurso en el emblemático Madison Square Garden en un intento de atraer más cobertura mediática.