Tenía unos 25 años y se había subido a un poste de alta tensión mientras una multitud aguardaba en Aracaju la llegada de la presidenta suspendida. Foto: Captura de pantalla
Tenía unos 25 años y se había subido a un poste de alta tensión mientras una multitud aguardaba en Aracaju la llegada de la presidenta suspendida.
Cientos de militantes del PT, el PCdoB y el MST se habían reunido el lunes 25 de julio del 2016 por la tarde en la Plaza General Valadão, en el centro de Aracaju, estado de Sergipe.
El escenario ya estaba preparado para el esperado discurso de su líder, Dilma Rousseff, apartada de su cargo por el juicio político que afronta en el Senado.
Del grupo de gente salió un joven con una remera roja. Se trepó a un poste de alta tensión, se sacó la camiseta y empezó a llamar la atención.
Estaba descalzo y se movía erráticamente. Finalmente tomó la trágica decisión de subir aún más, hasta arriba de todo, tocando las fuentes por donde pasa la electricidad.
En cuestión de segundos se produjo un fuerte chispazo y el joven cayó al suelo. Murió en el acto de un paro cardiorespiratorio. No tenía identificación así que aún no se sabe cómo se llamaba.
El acto por la Jornada Nacional de la Democracia continuó como si nada. Rousseff arribó pocos minutos más tarde y dio un discurso de media hora. Volvió a denunciar que es víctima de un golpe de Estado.