Jeffrey Goldberg y Julia Sweig tras su viaje a Cuba para entrevistar a Fidel Castro, por invitación de este, se han convertido en las voces más frescas y autorizadas que regresan desde la isla para hablar de los últimos apretones de tornillos que hace el sistema cubano para adaptarse a las circunstancias.
No habrá entrevistas individuales para los medios, dice la asistente de Sweig. La avalancha de periodistas que quieren tener detalles sobre este que se acaba de convertir en un encuentro histórico, motivó a Goldberg y Sweig a ofrecer, a través del Consejo Sobre Relaciones Exteriores, una conferencia telefónica para absolver las inquietudes de la prensa.
Aquí un resumen de aquella cita donde Fidel Castro hizo una revisión de la historia de su país y del mundo y donde, aunque no hubo la pregunta puntual al respecto, el líder cubano habló de que “el modelo cubano ya no funciona ni para los propios cubanos”, tras la publicación en la revista The Atlantic, Castro aseguró que se hizo una errada interpretación de sus palabras.
“El modelo cubano no está funcionando, por eso están empezando a experimentar a larga escala un proceso de privatización”, dice Goldberg. Mientras Sweig reafirma: “los pasos en términos de liberalización están empezando y continuarán… La inflada burocracia no es más sostenible y los negocios privados volverán a como era antes de 1968, pero esta vez será en diferente contexto y el conductor de ese experimento ahora es Raúl Castro.
¿Adónde llegará el experimento?, “difícil predecirlo”, dice Sweig. “En Cuba todo se mueve muy lento”, pero el anuncio está hecho desde hace dos meses: las inversiones privadas serán permitidas en el sector de bienes raíces. Estados Unidos, puesto que tiene una rígida política de prohibiciones para hacer negocios con Cuba, está al margen de esta competencia.
Sweig habló que ahora mismo se está otorgando 250 000 licencias y se piensa extender a 500 000 para la creación de negocios privados, permitiendo que se empleen a miembros de las familias en esos negocios.
Las necesidades de Cuba son tan grandes y diversas que el Gobierno está contando con esa variable para asegurar que esos 500 000 empleos que se quedarán fuera del rol de pago del Estado serán absorbidos muy rápidamente por el sector privado.
Un hombre saludable que regresa casi de la muerte es el que otra vez quiere su puesto en la historia, sin desautorizar lo que está haciendo su hermano Raúl, eso es lo que vieron Goldberg y Sweig en sus encuentros públicos y privados con Fidel, durante una semana. ¿Está maquillando su figura para la posteridad?, los dos expertos creen que no, pero aseguran que lo que sí está haciendo es una nueva visita a los momentos que marcaron su vida y la de su país frente a Estados Unidos y el mundo. “No podemos desestimar el impacto de Fidel en la filosofía de muchos líderes latinoamericanos y también del mundo en desarrollo”, apunta Goldberg.
¿Un detalle más?, cierto que en Cuba no hay partidocracia “pero eso no quiere decir que no haya un proceso de consulta y de construir consensos”, plantea Goldberg. Raúl hace su manejo político con la burocracia, el partido, los militares para que todos tengan claro por donde va la vía de las reformas. ¿Y Fidel?: “Cuando el capitalismo se apodere del mundo entero él quiere ser el último hombre en pie para objetarlo”.
Cuba está en un proceso de reforma y su modelo no es importado. “Es cubano”, dice Sweig y está siendo hecho con los ingredientes de la casa. “Es perder un poquito del Estado a cambio de desarrollar un negocio propio y eso es altamente significativo en un modelo que no ha hecho cambios en los últimos 50 años”.
Lo que pase en el futuro en Cuba entra en el territorio de la especulación. Lo inmediato fue la oferta de Goldberg: “voy a publicar más y también estoy trabajando en un artículo largo, muy largo sobre Cuba”.