El caso de Luigi Mangione, arrestado por asesinato, refleja cómo las redes sociales construyen mitos sobre criminales, creando figuras polémicas, según una publicación de El País.
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Luigi Mangione, un joven de 26 años detenido por el asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, se convirtió en un fenómeno viral.
Desde su arresto, su historia cautivó a miles de usuarios en redes sociales, quienes lo transformaron en una figura controversial y admirada, comparándolo con íconos de la cultura pop como el personaje Luigi de los videojuegos.
Criminal que despierta pasiones
Sin embargo, Mangione no es el primer criminal en despertar pasiones, pero su juventud, atractivo y los detalles sobre su vida personal generan una obsesión inesperada. La noticia, publicada por El País, destaca cómo las redes sociales convirtieron a un asesino en un antihéroe moderno, similar a otros criminales que fueron elevados a la categoría de figuras públicas.
Un crimen que tocó fibras sociales
El asesinato de Thompson, un influyente magnate de las aseguradoras, llevó a muchos a justificar la acción de Mangione, incluso como una forma de justicia social. En su carta a las autoridades, el joven expresó su desdén por el sistema de salud estadounidense, uno de los más costosos y deshumanizados del mundo.
Los detalles de su vida, incluyendo su perfil de Spotify y fotos privadas filtradas en las redes, fueron analizados minuciosamente por internautas, lo que contribuyó a crear una imagen romántica del joven. Esta fascinación por Mangione refleja cómo las redes sociales pueden influir en la percepción pública de los crímenes, a menudo distorsionando la realidad. Como señala Clara Tiscar, criminóloga consultada por El País, el encanto hacia estos criminales se debe a la percepción de que sus causas son justas, lo que genera empatía, aunque el acto de violencia sea incuestionable.
¿Un villano o un héroe moderno?
La polémica sobre la figura de Mangione también resalta un fenómeno más amplio: la glorificación de los criminales como símbolos de rebelión contra sistemas injustos.
Al igual que en otros casos, como los hermanos Menéndez, la narrativa del “asesino con causa” resonó con quienes ven a Mangione como un “Robin Hood” moderno. Sin embargo, este fenómeno plantea un debate ético sobre hasta qué punto se debe admirar a alguien que comete un crimen, incluso si la motivación detrás de su acto parece legítima.
La crítica social es válida, pero la violencia nunca puede ser la solución, advierte Tiscar. Mientras tanto, las redes siguen difundiendo su historia, como un reflejo de la transformación de los criminales en figuras de culto.
Redes sociales distorsionan la percepción pública
Este caso pone de relieve los riesgos de consumir contenido sin filtro y cómo las redes sociales pueden distorsionar la percepción pública, creando mitos a partir de personas reales involucradas en crímenes violentos. Como señala El País, es crucial no caer en la tentación de admirar a figuras como Mangione sin cuestionar la moralidad detrás de sus acciones.