La inseguridad pone en guardia a Chile: aumentan los delitos y son más violentos

Andrea González administra un grupo de WhatsApp que se llama 'Seguridad Vecinos'. En él tiene a 40 familias de la Villa Magisterio, comuna de Las Condes, en el este de Santiago de Chile. Lo usan para alertar movimientos sospechosos en el barrio o cuando alguno de ellos ha sufrido un delito.
Un día fue el robo a una vivienda, otro día fue el ataque a la hija de un vecino, otro día fueron los machetazos que le dieron a un hombre para llevarse su auto, y está el caso del vendedor de frutos secos que pasa casa por casa y adormece a sus víctimas dándoles a probar un puñado de maní. Por lo que relatan en el chat, los hechos son cada vez más violentos y sofisticados. "Vivo hace 40 años acá y nunca pasó nada. Desde 2013 la delincuencia está muy fuerte", comenta Andrea.
A 15 cuadras de Andrea vive Raimundo Alegría, que también tiene el sistema de aviso por WhatsApp luego de un terrorífico asalto en su casa. El método de defensa vecinal está replicado masivamente y con éxito en todas las comunas de la región.
Comenzó a expandirse hace 14 meses, igual que los delitos, que en junio pasado constataron un rebrote que obligó a enviar al Congreso una ley corta antidelincuencia.
Las cifras que dieron la alerta están ratificadas por Carabineros, por ONG y por experiencias extremas, como el caso de un hombre de Angol al que hace una semana le cortaron ocho dedos de las manos -sólo le dejaron los pulgares- para robarle un poco de dinero. O como lo que le ocurrió anteanoche al campeón de la Copa América Marcelo Díaz, a quien trataron de robarle el auto en la comuna de La Florida. Cuando tenían encañonada a su esposa, su suegro disparó por la ventana y los atacantes huyeron. "Los delincuentes se tomaron el país", lamentó después el futbolista.
En lo que va de 2015 ya hubo por lo menos 232 000 delitos de connotación social y 60 000 detenciones por delitos violentos o contra la propiedad, mientras que 2014 fue el año con el más alto índice de victimización desde 2000, según Fundación Paz Ciudadana. Así, el 43,5% de los hogares ha sufrido un robo o intento de robo. Según la encuesta Cadem, el 76% cree que la delincuencia aumentó. "La sensación de temor es generalizada", advirtió el diputado Matías Walker.
La Subsecretaría del Interior y Carabineros dicen que no es un aumento explosivo, pero los ilícitos violentos en Santiago, por ejemplo, crecieron 0,3% entre enero y mayo de 2015, y son 752 los hechos policiales que ocurren a diario en el Área Metropolitana, según la ONG Víctimas de la Delincuencia.
En plena Copa América, otra organización llamó a un cacerolazo que tuvo mucha convocatoria en el barrio alto. Hubo mofas y disputas entre políticos, hasta que pocos días después, la embajada de Estados Unidos en Chile colgó en Internet un mensaje para alertar a sus ciudadanos sobre el aumento de robos en Santiago, particularmente de joyas, cámaras, dinero, celulares y de autos en las luces rojas de los semáforos. Aunque hubo molestia, el gobierno tuvo que asumir que la inseguridad creció.
Le ocurrió a la hija de Miguel, en Las Condes. Le quitaron el celular en la calle, luego de seguirla por seis cuadras. Cuando estaba llegando a su casa, cuatro jóvenes bajaron de un auto y la abordaron con un cuchillo. A Sofía Henríquez, la hija menor de Michelle Bachelet, le pasó lo mismo, pero cuando bajaba del ómnibus. La presidenta contó el trance durante un partido de Chile en la Copa América.
En esos mismos días, al extenista Nicolás Massú, héroe nacional con doble oro en Atenas 2004, le robaron su jeep con la técnica del "portonazo". Llegó a casa de unos amigos, bajó para anunciarse y lo intimidaron. "Tuve un cuchillo muy cerca, cuatro veces pensé que me lo iban a enterrar", dijo esa noche. El robo de vehículos en la puerta de la casa -los usan para cometer nuevas fechorías similares- es uno de los delitos que más han aumentado, admitió el mayor de Carabineros Marco Jiménez.
A la suegra de José Luis Becar, entrenador de fútbol en la mejor liga amateur de Chile, la detuvieron hace poco dos jovencitas, cuando llevaba a su mascota al veterinario.
"Una le pasó un papel, le dijo que era analfabeta, que buscaba una dirección que le anotaron. Ella tocó el papel, luego la otra joven hizo lo mismo y terminaron instaladas en su casa, llevándose sus joyas y dinero. Después, en la PDI [Policía de Investigaciones], nos dijeron que el papel tenía burundanga, una droga que te inhibe la voluntad y que por mucho tiempo fue un mito urbano", contó Becar.
Aparte del WhatsApp y de una Cumbre de Seguridad, se han creado grupos, como Juntos contra la Delincuencia o el Movimiento Queremos Vivir en Paz, que llamó a otro caceroleo el 29 de julio a las 21 horas.
Las municipalidades también aumentaron la alerta. La de Vitacura, por ejemplo, que vigila sus calles en 27 autos con cámara HD, ahora potenció Sosafe, una aplicación que se descarga al celular y funciona como botón de pánico. Al activarlo, un móvil de seguridad debiera llegar en no más de dos minutos.
Un letrero que promueve Sosafe fue instalado a metros de donde hace dos meses violaron a una residente argentina que salió a practicar running.