Cuando se instaló por primera vez en el Palacio de Miraflores, el 2 de febrero de 1999, Hugo Chávez prometió solucionar los problemas que carcomían a Venezuela. En especial dijo que pondría énfasis en dos: inflación y devaluación.
Once años después del arribo de Chávez al poder, esos dos problemas se han agravado. Y se han agregado otros más: la crisis eléctrica y de agua potable, que obligó a racionar ambos servicios en varias regiones; la inseguridad que ha hecho de Caracas la capital más peligrosa de la región con más de 10 000 homicidios al año; la polarización, la creciente ola de protestas sociales por las falencias en los servicios y en rechazo al nuevo cierre del canal RCTV…
Además, aún resuenan las denuncias de corrupción en el sector bancario, que salpican a ex miembros del Régimen chavecista, conocidos como los ‘boliburgueses’. Ese escándalo obligó a la intervención de 11 bancos.
“El gobierno de Chávez son 11 años perdidos desde el punto de vista de la gestión y la solución de los problemas de la población. Las deficiencias del país sólo se han agravado desde que él asumió la Presidencia”. Es el balance que hace el politólogo José Vicente Carrasquero, catedrático de la Universidad Simón Bolívar.
El régimen de Chávez ha ido en dirección contraria de su oferta de atacar la inflación y la devaluación. A inicios de este año, por ejemplo, adoptó una impopular devaluación del bolívar que, según expertos, disparará los precios, en un país que tiene el índice inflacionario más alto de América Latina. El año pasado, esta tasa llegó al 25% y a un acumulado cercano al 160% en los últimos cinco años, uno de los más altos del mundo.
Carrasquero asegura que “la incapacidad de Chávez para solucionar problemas ha traído como consecuencia que las encuestas muestren que la popularidad del Presidente ha caído. La gente está descontenta con su gestión”.
En efecto, sondeos realizados el mes pasado por la firma privada Hinterlaces revelan que el 62% de los venezolanos desconfía de Chávez. El 38% confía en él.
Y el descontento con Chávez no solo se percibe en las masivas manifestaciones que en estos días han protagonizado los estudiantes universitarios. También se lo vio ayer en una gasolinera del estado de Carabobo, según reseñó el diario El Carabobeño.
“Este país va de mal en peor. Es insólito que tengamos que aguantarnos estas colas para cargar gasolina, siendo Venezuela un país petrolero. Antes de venir para acá pasé por cuatro estaciones y todas estaban cerradas”, expresó visiblemente molesto Carlos Ortiz.
Ortiz se refirió a un nuevo problema: la escasez de gasolina en zonas de Venezuela.
El descontento con el Mandatario también se evidenció el lunes, en el comunicado firmado por un grupo de ex ministros y antiguos aliados. En el texto, pidieron su renuncia, ya que “ no tiene legitimidad ni capacidad para gobernar”.
Pero Chávez, que concluirá su mandato en 2012, tiene su propio balance. En un acto, realizado ayer en el teatro Teresa Carreño de Caracas (foto), sintetizó su gestión: “Hace 11 años Venezuela no era un país libre, no era un país soberano, hoy es absolutamente soberano de todo poder extranjero”. También agregó que la pobreza se redujo en 25%.
Además, reveló una vez más su aspiración de seguir en el Palacio de Miraflores: “Tengo 55 años y 11 años de presidente. Prometo cuidarme un poco más y si ustedes lo quieren, dentro de 11 años tendré 66 años, Dios mediante, 22 de Presidente”. Las elecciones legislativas de septiembre darán una pauta sobre el futuro y el capital político del Mandatario.