Los libios caminan por el paseo marítimo de la ciudad portuaria de Benghazi, en el este de Libia, el 21 de enero de 2020. Foto: AFP
“La presión era insoportable”, resopla el doctor Mohamad Al Rajehi recordando la noche del 4 al 5 de enero, en la que decenas de heridos en un bombardeo llegaron al hospital público en el que trabaja. Después de nueve meses de combates, en los centros médicos libios faltan camas, personal y material.
“El hospital no tenía los medios para tratar a un número tan grande” de víctimas -30 muertos y 33 heridos ese día-, prosigue el responsable de las urgencias de Al Jadra, uno de los establecimientos hospitalarios más importantes de la capital libia.
Superadas por la presión de más de nueve meses de mortíferos combates, todas las estructuras hospitalarias públicas de Trípoli son incapaces de satisfacer las necesidades de los más de dos millones de habitantes.
El 4 de abril de 2019, Jalifa Haftar se embarcó en la conquista de la capital, sede del Gobierno de Unidad (GNA) dirigido por Fayez Al Sarraj y reconocido por las Naciones Unidas.
Sin embargo, el frente se estancó rápidamente y los combates provocaron la muerte de más de 280 civiles y 2 000 combatientes, según la ONU. A esto se suman miles de heridos y más de 170 000 desplazados.
Desde el 12 de enero entró en vigor un frágil cese del fuego pero, en el sur de Trípoli, siguen registrándose en forma esporádica disparos de armas pesadas.
Según el doctor Mohamad Ehwas, jefe de los servicios médicos del hospital Al Khadra, el episodio del 4 de enero ya no es una excepción, sino la norma.
“El hospital trabaja al doble de su capacidad”, afirma, precisando que el establecimiento está “concebido para acoger y tratar 300 casos de urgencia. Ahora bien, “algunos días, tratamos 3 000”.
400 enfermos al día
Jaled El Messellati sufre las consecuencias de este exceso de capacidad y regresa “cada dos o tres días” al hospital Al Jadra a preguntar si pueden operar del corazón a su padre.
“Es casi imposible conseguir una cita rápida con un médico, o incluso con un enfermero”, lamenta. Y si bien el estado de su padre no le permite esperar más una angioplastia, Jaled explica que carece de los medios para pagar tal operación. “El coste superaría los USD 10 000 en una clínica privada”, afirma.
Según Mohamad Al Rajehi, las urgencias del hospital Al Khadra acogieron a más de 250 000 pacientes en 2019, “lo que es anormal” , así como el hecho que un especialista “reciba 400 enfermos al día” .
“Hemos tenido una grave escasez de personal sanitario durante años”, comenta. “Hemos estado operando con un tercio de lo que necesitamos desde que los equipos extranjeros se fueron debido a la inseguridad”, agrega.
Libia, país sumido en el caos desde la caída del régimen de Muamar el Gadafi en 2011, cuenta con unos 100 hospitales públicos en las principales ciudades.