El presidente Barack Obama y la andidata presidencial Hillary Clinton se abrazan durante la Convención Nacional Democrática en el Wells Fargo Center. Foto: AFP
Hillary Clinton iniciará este jueves 28 de julio de 2016 una fase sin precedentes en la historia política estadounidense cuando acepte ser la candidata demócrata a la Casa Blanca y continuar el legado de su marido, Bill Clinton, y del actual mandatario Barack Obama.
Se trata de la primera vez que una mujer disputará la presidencia de Estados Unidos en representación de uno de los dos grandes partidos políticos, y para eso Clinton recibió el miércoles el apoyo entusiasta del presidente Obama en la Convención Nacional del Partido Demócrata.
Ante una multitud de casi 5 000 delegados del partido reunidos en Filadelfia, Obama dijo que nunca hubo un hombre una mujer más capacitado y preparado que Hillary Clinton para ser presidente de Estados Unidos, incluyendo él mismo y el expresidente Clinton en la lista.
“¡Vamos a llevar a Hillary Clinton a la victoria este año, porque es lo que el momento pide!” , dijo Obama.
Se trata de un momento especial para ambos, ya que Obama derrotó ajustadamente a Clinton en la elección interna en 2008, aunque al llegar a la Casa Blanca la llamó para ser su secretaria de Estado.
Aunque Obama substituyó a Clinton al frente de la máquina diplomática estadounidense en su segundo mandato, iniciado en 2013, en esta campaña el presidente nunca escondió su apoyo, más allá de la discreción que le impuso su cargo.
Apoyo de tres presidentes
Así, el partido espera ahora poder suceder a Obama, el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos, con Clinton, la primera mujer, una posibilidad que hace soñar alto a los delegados presentes en la Convención que finaliza el jueves en Filadelfia.
Para lograr esa objetivo, apoyos de peso no le faltaron a Clinton en la Convención.
El expresidente Jimmy Carter (1977-1981) se hizo presente mediante un video en que dejó claro su apoyo a Clinton para ocupar el cargo más importante del país.
Por su parte, el expresidente Clinton (1993-2001) pronunció un largo discurso donde narró la historia de su relación con Hillary, en un testimonio que se propuso humanizar la figura de la ahora candidata a presidente.
Finalmente, si Bill Clinton se concentró en la Hillary esposa y madre, Obama puso la lupa en la funcionaria pública ejemplar habituada a la toma de decisiones trascendentales y complejas.
“Nada te prepara realmente para las exigencias del Salón Oval. Hasta que te sientas ante esa mesa, no sabes como es administrar una crisis global, enviar gente a la guerra. Pero Hillary ya ha estado en ese salón; ha sido parte de las decisiones” , dijo Obama en su discurso.
La jornada del jueves, la del cierre de la Convención Demócrata, contará también con la hija de Bill y Hillary, Chelsea, entre los oradores.
Ambiente de polémica
La aceptación de la candidatura por parte de Clinton, una formalidad necesaria en las normas partidarias, tendrá lugar en coincidencia con un nuevo y espectacular escándalo político protagonizado por Donald Trump, el candidato por el Partido Republicano.
Trump convocó una conferencia de prensa para negar cualquier relación con la supuesta participación de espías rusos en la invasión de los servidores de correo electrónico del Comité Nacional del Partido Demócrata, mensajes que al ser divulgados la semana pasada ya habían provocado una tormenta.
Sin embargo, Trump terminó pidiendo a Rusia que utilice sus espías para investigar los correos electrónicos de Clinton cuando era secretaria de Estado.
“Rusia, si estás escuchando: espero que seas capaz de hallar los 30 000 emails que están perdidos. Probablemente serán generosamente recompensados por la prensa ” , dijo Trump en referencia a los correos que Clinton dijo haber borrado de los servidores privados que mantenía en su residencia cuando era secretaria de Estado.
El exdirector de la CIA y exsecretario de Defensa Leon Panetta dijo en la Convención Demócrata que era “inconcebible” que un candidato presidencial estadounidense pidiera que un adversario político sea objeto de espionaje por parte de un país extranjero.