El líder del grupo chií libanés Hezbolá, Naim Qasem, afirmó este viernes, 29 de noviembre de 2024, en su primera aparición tras el acuerdo de tregua con Israel, que la cooperación con el Ejército del Líbano será “de alto nivel”. Busca implementar los puntos de este pacto, que puso fin a algo más de un año de hostilidades entre ambas partes.
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“Gracias a Dios, la cooperación entre el Ejército libanés y la Resistencia será de alto nivel para implementar los compromisos del acuerdo”, afirmó Qasem. Además, recordó que el pacto estipula la retirada de las tropas de Israel del sur del Líbano, donde el Estado judío mantiene una invasión desde el 1 de octubre.
El clérigo, nombrado líder de Hezbolá tras el asesinato de su predecesor, Hasán Nasrala, afirmó que el grupo considera al Ejército libanés como “patriótico”. Además, que la institución asumirá “la protección de la seguridad del Líbano y la frontera con el enemigo israelí“.
Además, recordó que el acuerdo de tregua, que entró en vigor la madrugada del miércoles, está “bajo la soberanía libanesa”. En este cotexto aclaró que de ser violada Hezbolá sigue preparado para una nueva confrontación con Israel.
“Estamos preparados para la guerra en el caso de que el enemigo israelí nos obligue“, dijo Qasem, sin hacer mención a varios incidentes que tuvieron lugar a lo largo de la frontera desde la entrada en vigor del alto el fuego, unas acciones que fueron condenadas por el Gobierno del Líbano.
Por otra parte, el clérigo recordó que el acuerdo de tregua “no es nuevo” ya que está relacionado con la implementación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que en 2006 puso fin a otra guerra librada entre Israel y Hezbolá.
En este sentido, hizo hincapié en que “el eje central” del pacto es “la zona sureña del río Litani”, cuyo curso alcanza hasta 30 km al norte de la frontera con Israel y de donde Hizbulá debe retirarse y dejar paso al despliegue de unos 10 000 soldados del Ejército libanés.
Eso estipula “la salida del Ejército israelí de todas las zonas que fueron ocupadas” durante la invasión, recordó Qasem.
Alrededor de 4 000 personas murieron -alrededor de 3 200 desde mediados de septiembre- en un año de hostilidades en el Líbano, donde unas 1,5 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares por la violencia.